Recuerda(me) [hernandrei]

Capítulo Cuatro (1)

Los archivos se deslizaron de las manos de Hernán, golpeando el suelo con un ruido sordo.

Andrei todavía lo estaba mirando, sus palabras hacían eco entre ellos. O tal vez solo estaban haciendo eco en las paredes del cráneo de Hernán porque su mente estaba completamente en blanco excepto por la expresión molesta de Andrei y esas palabras.

Por un momento, Hernán pensó que él también caería al suelo. Sin embargo, sería demasiado fácil. Eso no encajaría en su suerte habitual de tener que asumir todos los desafíos que se presentaban en su vida. Tiene que enfrentarse a Andrei esta vez.

"Tenías veinte años", se oyó Hernán decir a sí mismo, como si no fuera su voz. "Tienes veinte en esa foto".

La mirada de Andrei bajó a la foto otra vez y retiró su mano de ella. "Está en el jardín de mi mamá".

Hernán asintió. No tenía idea de qué decir. O lo que Andrei esperaba que dijera. Cada palabra que pudiera decir podría empeorar esto. Había planeado preparar lentamente a Andrei para esto. Ahora ambos habían sido arrojados al final, y Hernán no sabía cómo salvarlos.

Probablemente no pueda salvarlos esta vez.

"Hernán" Andrei lo miró de nuevo, con los ojos todavía atentos. "¿Por qué hay una foto de nosotros en el jardín de mi mamá?"

"Porque", Hernán se ahoga, esperando que Andrei no se escape de él. "Porque yo estaba allí, Andrei. Y lo recuerdo todo".

Andrei frunció el ceño ligeramente. "¿Todo qué?"

Tragando, Hernán se pasó una mano por el pelo. "Los tres años", respondió. "Esos tres años que no recuerdas. El accidente. El hospital. Lo recuerdo todo."

Sacudiendo la cabeza, Andrei finalmente se puso de pie. "Eso no es cierto. Estaba solo."

"No lo estabas." Hernán se acercó un paso más a él. "Estabas conmigo."

Ni siquiera tomó un segundo para que el humor de Andrei cambiara. Hernán podía ver el cambio en su cara; podría señalar el momento exacto en que la negación entró en acción. Parecía enojado, con la mandíbula firme. "Estaba solo en ese auto".

"Tu no sabes, ¿verdad? No puedes recordar nada de eso." Hernán sabía que la había cagado en el momento en que esas palabras estaban fuera de su boca. Eso había salido completamente mal y él quería arreglarlo, decir algo más en su lugar. Algo que no haría que Andrei lo odiara más de lo que probablemente lo hace ahora.

Andrei lo miró sorprendido por un segundo, luego sus cejas se juntaron de ira y sus labios formaron una línea delgada. Caminó más allá de Hernán sin otra palabra.

"Andrei, espera." Hernán lo siguió, atrapando su muñeca cuando llegó a la puerta. "Amor--"

"No te atrevas a llamarme así otra vez". Andrei se apartó de él. "No creo una sola cosa de lo que dices".

El corazón de Hernán se hundió al darse cuenta de que estaba perdiendo a Andrei. Tenía que hacer algo, tenía que hacer que Andrei se quedara y lo escuchara. "Ya, amor, necesitas calmarte".

"No quiero calmarme". Andrei giró sobre sus talones, saliendo de la oficina. "No quiero volver a verte nunca más".

Hernán no pudo evitar que un quejido escapara de él. Vio a Andrei correr por el pasillo y desaparecer en una esquina. Su corazón pesaba mucho en su pecho, y Hernán no estaba seguro de que estuviera latiendo en absoluto. Tal vez late, pero con menos ganas que antes.

Golpeó su puño contra el marco de la puerta y Millaray gritó en voz baja. Ella rápidamente bajó la mirada cuando él la miró, fingiendo estar ocupada con otra cosa. Hernán se pasó una mano por la cara, sintiendo que su cuerpo se entumecía. Su respiración se volvió irregular y se sintió mareado.