23.- CREO QUE ESTAMOS PERDIDOS (EDITADO)

3.6K 169 36
                                    

Me puse el abrigo y froté mis manos para darles calor. Se estaba haciendo de noche y había comenzado a hacer un frío de locos. Todos estábamos alrededor de una fogata gigante mientras Thomas (que estaba sentado estratégicamente en el tronco que estaba frente al mío) tocaba la guitarra.

Miré fijamente a Sharon, que estaba sentada a su lado, más bien casi arriba de él. Maldita zorra.

Mi primo estaba tocando unos acordes y me sentí satisfecha al ver que podía recordar cuáles eran. Eso quiere decir que su clase no fue un desastre después de todo. Al parecer sintió mi mirada en él, porque levantó la cabeza y me miró, para luego sonreírme. Con los ojos le apunté a Sharon y fruncí las cejas. El pareció darse cuenta de qué trataba de decirle y se puso a reír. Con un poco de disimulo intentó correrse un centímetro más lejos de ella, pero Sharon se dio cuenta y se corrió un centímetro más cerca de él. Rodé los ojos con ganas.

–¿Quieres un poco de café, Jules? –me sobresalté por la sorpresa y miré a mi lado.

Dave me miraba sonriente.¿En qué momento había llegado a mi lado?

Asentí y tomé un sorbo. Mire a Thomas y éste me estaba mirando. Me encogí de hombros y volví a mirar al rubio.

–¿Piensas que sería oportuno seguir con la conversación que dejamos en la escuela? –me preguntó, mordiéndose el labio. Él se rascó la nuca nervioso. Yo le sonreí.

–Claro que sí –ya sabía lo que intentaba, y no tenía idea de cómo responder.

–Sí, bueno, esto no debería ser difícil, porque ya lo hice una vez –se rio sin ganas–, pero ahora tú eres mayor y yo soy mayor y...

Enarqué ambas cejas esperando la petición

–¿Querrías salir algún día de éstos conmigo? –preguntó rápido, tanto que casi no le entendí.

Lo miré unos segundos sin decir nada y luego sonreí. No quería salir con él, pero por un momento recordé esos lindos momentos cuando éramos novios. Ahora era diferente. Él tenía razón: somos mayores y yo tengo un novio al que quiero mucho.

–No era tan difícil –le dije sonriendo.

Él me sonrió de vuelta.

–Entonces... ¿qué dices? –me preguntó.

Miré unos segundos el fuego, pensando en alguna respuesta para darle.

–Quizás algún día... –iba a continuar, pero fui interrumpida. Ustedes ya sabrán por quién.

–Tengo que hablar contigo y es muy urgente –dijo Thomas de pie a nuestro lado.

Apreté los labios.

Dave lo miró con los ojos llenos de odio. Ya van dos en un día.

–¿Tiene que ser ahora? –por lo menos quería darle alguna respuesta decente a Dave.

Thomas levantó ambas cejas y me miró serio. Yo suspiré.

–Es muy urgente.

Rodé los ojos con disimulo.

–Bien, vamos –me rendí. Sabía que de todos modos no me dejaría en paz.

Me levanté y le dije a Dave que ya volvía. Seguí a mi primo quien caminaba por delante de mí, hasta que nos adentramos en el bosque.

–¿Por qué tenemos que alejarnos tanto? Casi ni te veo – murmuré.

Aún no había anochecido del todo, pero los grandes árboles no dejaban espacio para que un poco de luz entrara en el bosque. En un momento dejé de escuchar los pasos de Thomas por delante de mí.

Solo eres mi primo  (SEMP1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora