Capítulo 11

206 16 13
                                    


La puerta de mi habitación se abrió de repente y escuché como alguien subía frenéticamente la persiana dejando entrar la escasa luz de la mañana. Abrí los ojos con cara de pocos amigos y ya dispuesta a rebatir me topé con la mirada de Sherlock.

- Vamos, arriba, hay muchas cosas que hacer, muchos sitios a los que ir. Date prisa.

- Oye oye, ¿por qué no te limitas a llamar a la puerta? Me has dado un susto de muerte.

- Lo he hecho, pero se ve que estabas teniendo un sueño profundo. Te esperamos en la cafetería.

Con las mismas se marchó cerrando la puerta tras de sí. Había dejado su aroma en la habitación y al inspirarlo una sonrisa que quité de inmediato apareció en mi rostro. "Céntrate Nora". Me vestí con toda la ropa de abrigo que pude y marché hacia la cafetería. John y Sherlock estaban sentados en una mesa, tomando café y leyendo un periódico. Me senté al lado de ellos.

- ¿Acaso entendéis el castellano?

- Más o menos. – dijo Sherlock.

- Bueno, yo solo miraba las fotos. – respondió Watson.

- Centrémonos en lo importante, he tomado nota de los sitios a los que deberíamos ir hoy, a unos pocos kilómetros hay otro hostal y he hecho una ruta por los siguientes, deberíamos empezar preguntando por ahí.

- Ya hemos preguntado en este y no se ha hospedado ningún Edgard Whale. – dijo John.

- Pues a probar en los siguientes. Deberíais buscar algo de más abrigo, os lo digo por experiencia. No sabéis el frío que va a hacer después.

Rápidamente fueron a su habitación y en cinco minutos ya estábamos fuera, al primero fuimos andando, pues no quedaba demasiado lejos y era una buena oportunidad para mirar el paisaje. Este hostal no tenía nada que ver con el de donde veníamos, el nuestro era de madera, bastante acogedor y con una decoración muy rústica, casi antigua. Este era de una piedra tosca y fría, no me transmitía mucha confianza. Cuando entramos vimos que había una mujer, tendría alrededor de 50 años, y de la misma descripción anterior, en la barra. Iba a preguntarle, pues sabía hablar el idioma perfectamente, pero Sherlock se me adelantó.

- Buenos días, somos agentes de Londres, y estamos investigando una desaparición. Creemos que alguien relacionado con el caso pudo o podría hospedarse aquí. Necesitamos saberlo. – dijo con un castellano sorprendentemente fluido. "Más o menos" decía...

- No estoy capacitada para daros esa información, hay un contrato de confidencialidad con el cliente, a no ser que me demostréis lo que acabas de decir.

- Ah claro, la placa. – Sherlock sacó la placa que de tantos apuros nos había sacado.

- Está bien, un momento, tendré que mirar en unos cuantos libros. – abrió un cajón de su escritorio y sacó un par de tochos, se colocó unas gafas. – Veamos... ¿me decís su nombre?

- Edgard Whale. – dije yo.

- Mmm...no, no ha pasado por aquí ningún Edgard Whale. – los tres parecimos decepcionados pero nada que no esperásemos, era el primer sitio, no iba a resultar tan fácil.

- Muchas gracias por la ayuda. Que pase un buen día. – dijo John con un acento inglés demasiado marcado.

- Vaya, ¿tú también? – dije riendo al salir.

- Solo lo intentaba.

- Lo has hecho muy bien.

- ¿Qué sitio va ahora? – preguntó.

Equal Poles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora