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DE NIÑA A BESTIA

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Sol siempre ha sido una dulzura.

Cuando su madre vivía, ella aseguraba que era la criatura mas pura y tierna que había creado la tierra, por eso mismo ¿Qué vida tomaron sus manos para desencadenar ese mal que obliga a sus huesos a romperse cada luna llena?

Bueno, ese es el principio de nuestra historia: el conocer los oscuros secretos de Sol Hathaway.

Para comenzar, ella desde muy temprana edad fue consciente de que tenía una hermana de su misma edad, solo unos meses menor que ella; Amelia era todo lo contrario a Sol, ella tenía un carácter explosivo desde muy pequeña, se enojaba con facilidad, tenía todas las muestras del gen licántropo. Compartían mismo padre, pero la madre era distinta y Sol se preguntaba ¿Cómo era posible? Bueno, es fácil saber que su padre engañó a la madre de Sol con la de Amelia.

En cambio, Sol era tranquila y noble, tanto que sus padres comenzaban a creer que ella había nacido como su prima Iris: sin el gen de licántropo.

Pero se equivocaron.

La historia comienza con una pequeña Sol de cinco años siendo lo que fue toda su vida mortal: una simple sombra que veía todo, pero que nadie notaba además de su familia. Ni amigos lograba tener la pobre niña.

Sol era una niña muy tímida, tan tímida como dulce, no se sentía capaz de hablar la mayoría de las veces, así que simplemente se sentaba a la entrada de los bosques, donde los frondosos arbustos la cubrían, donde nadie la notaba y observaba.

Sol lo veía todo sin ser vista. Ella conocía los secretos de la aldea y no decía nada no solo porque no entendía la mayoría de los problemas de los adultos, no decía nada porque las únicas personas a las que podría contarle eran su madre, su hermana y su prima.

Su madre la regañaría dulcemente por ser chismosa, mientras que Amelia correría a cuchichear los secretos que su hermana le contara. Iris podría explicarle, ella era así, pero prefería guardar los secretos de todos para sí misma, tal vez así le quitaba algo de peso a los demás.

Así que Sol no contaba nada, sin embargo, había algo que llamaba su atención mas que cualquier otra cosa en el mundo.

Era un pequeño rubio, unos cuantos años mayor que ella, un niño que llamaba su atención desde hacía meses y que la tenía totalmente atontada.

Se llamaba Niklaus, hijo de Mikael, uno de los guerreros que viajaba de aquí a allá para cumplir su deber de... Bueno, Sol no sabía cuál era su deber, pero esperaba que hiciera algo importante.

Niklaus para Sol era un niño encantador, le hacía sentir como si tuviera mariposas en el estómago, mariposas que volaban tratando de levantarla del suelo para llevarla con él. Solo verlo provocaba esa marea de sensaciones.

Pero Sol era demasiado tímida y Niklaus parecía estar demasiado deslumbrado con el brillo de otra cosa como para fijarse en el de Sol.

Pero eso no le impedía a nuestra dulce niña verlo en la otra entrada del bosque, con un cuchillo, tallando en una ramita algo. Era un pincel, a "Klaus", como ella lo llamaba en secreto, le encantaba pintar a pesar de que su padre lo odiaba.

¿Por qué a Mikael no le gustaba que Klaus pintara? Sol había notado que sus ojos azules se iluminaban cuando encontraba las bayas perfectas para crear el color perfecto. Para Sol, una pequeña niña que vivía en la burbuja de la infancia, era hermoso ver eso.

Blue Door {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora