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Lo que había estado sucediendo me había cegado completamente.

Me sentía frustrada, no lo voy a negar, me sentía tan triste y molesta que sólo pensaba en mi, no en él, mucho menos en los demás.
Solo pensaba en lo triste que era estar así...
Me tomó un mes poder entenderlo..
O bueno, me tomo dos horas poder comprenderlo, poder analizarlo y poder dejar toda esa frustración a un lado.
En esas horas mi corazón entendió que lo que estaba haciendo estaba mal, que debería pensar en todo, que debería pensar en lo bueno y no en lo malo, que era justamente lo que no estaba haciendo, pensar en lo bueno.
No pensé en todas las cosas maravillosas que habían sucedido aquel  casi año.
Ya un año, ni siquiera había pensando en que ya era casi un año, un año de tantos recuerdos lindos que simplemente no podía dejar a un lado por un disgusto mío, no lo recordaba.

Pero aquel chico del cual me había enamorado me había hecho entender que tengo que ser positiva, que no debo dejar de caminar cuando alguien más ya me dió el motivo de seguir, que aquel mes de marzo era el motivo de seguir, que aunque dejé de caminar debería seguir, debería correr.
Por fin, lo había entendido...

Las lágrimas no tardado en aparecer, no eran de tristeza o enojo, eran de felicidad... Aunque admito que también eran un poco de tristeza, por qué me había equivocado y no quería aceptarlo, me negaba rotundamente a aceptar que yo, yo me había equivocado...

Lo siento.

Uno jamás debería de olvidar aquellos once días que fueron necesarios para enamorarme completamente y conseguir una razón para esforzarme, aquel motivo para seguir caminando.

Onces rosas, por aquellos once días que te tomaron enamorarme y ser el motivo de mi felicidad.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2019 ⏰

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