Todo aquello que amó, poseía un fragmento de su alma, no creyó en la posibilidad de perderlo todo, no otra vez. Las cuerdas que lo mantenían de pie en este mundo, podrían cortarse y enviar su cordura hasta el mismo infierno, sólo para hacerles pagar a aquellos que atentaron contra su nuevo mundo. Así fue como todo cambió.