El día que te hice un poema.
El día que te hice un poema deje hablar al amor, le grité que no pasara, que se fuera lejos de mi corazón, pero ante la súplica de quedarse lo dejé entrar.
Le presté mi alma, mi boca, mis manos, lo dejé habitarme con ternura y te llamé cariño.
El día que te hice un poema recosté mi cuerpo sobre la alcoba completamente sola, pude parir desde mis entrañas la melancolía que me da quererte.
No siempre el amor nace de los momentos más felices, a veces lo descubres en plena soledad.
Y fue justo ahí cuando apreté mis ojos y acepté que te amo, me resulta difícil creerlo, yo misma estoy sorprendida de lo que siento, me aterra tener que confesarte que me pongo a rezar en las noches por tí.
Deje de huir de lo que me invade, me confesé con la conciencia quieta, con la piel en extrema pasión, con los ojos vueltos lluvia, me corres por la mente con tus pies descalzos y solo quiero abrazarte.
Te has vuelto mío con toda la posesión que surge de la poesía, duermo contigo sin hacer ronda con mis piernas por tus muslos, sin husmear tu pecho tibio, sin acariciar tu espalda siendo el escondite predilecto de las palmas de mis manos.
Y es ahí donde todo se me complica, dónde pienso que quererte quizá me traiga el mayor de los problemas, dónde mi calma sea mirarte, aún no amenace y el cielo ya me escribe tu nombre.
El día que te hice un poema creí en mí, me sentí viva aún con las heridas que esto causa, tomé tu cuerpo como la llegada del otoño, como la habitación donde descansa mi locura.
Tus ojos, esas pupilas mágicas que me encienden y hacen que olvide que esto es una desgracia, respiro y la vida me contesta que es solo un simple milagro a lo que yo creía jamás volvería a suceder.
Te desvisto suavemente con caricias y ya no eres mío, eres del amor que surge desde tu columna vertebral, esa energía cósmica que nos invade.
La noche no basta para hacerte un poema, para inventar nuevo arte, no basta para soñarte, para enseñar que no todo es punto y aparte.
No me alcanza el universo para dibujar nuevos planetas a causa de este amor imparable.
El día que reconocí quererte tanto ya no hubo vacío, me abrazó la calma, las ganas de ser el reflejo de tu sonrisa. No existe día que no quiera fornicar con tu recuerdo esperando verte para darte mi ternura, para hacerte un verso en cada beso.
Hacerme contigo, que existas conmigo eso es lo que yo más quiero, vivir contigo y que tú elijas como templo siempre mi cuerpo.
El día que te hice un poema no tuve más opción que darme completa, pude disfrutar del orgasmo conducido por mis dedos, explotar gritando tu nombre, amando mi soledad porque pronto vendrás.
El día que no escriba de tí, la poesía entenderá que no hay mejor poema que tenerte siempre aquí conmigo.
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Poesía Erótica
Poesie♡ Una recopilación de hermosos poemas eróticos y románticos tanto míos como de la web. 《No soy lo que escribo, soy lo que tú sientes al leerme》
