CAPÍTULO 4 - Cicatrices

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Ángela

Solo llevo dos días en este lugar, sin contar los que estuve inconsciente. Ayer comí un pan seco y mohoso, con un vaso de agua, esa era mi "comida" según ese imbécil, pero comparado con la basura que me daba mi "padre" cuando me castigaba, es comer a la carta. Ah y la taza donde deja la comida está pegada en el suelo junto al retrete que por cierto transpira a putrefacción y cloaca. Gracias a Dios estoy acostumbrada a comer viendo y oliendo literalmente mierda alrededor sin vomitar, cuando diablo me colocaba en una celda con otras chicas por una o dos semanas y sin dónde hacer nuestras necesidades, por lo que ese simple olor no me hizo devolver la "comida" ingerida. Y por si se lo preguntan ayer no obtuve castigo, ya que a los quince minutos estaba de regreso en la cama, soy rápida, así me entrenaron.

Escucho unos pasos acercarse y ya sé que se trata de él. Aún no sé su nombre y la verdad no deseo hacerlo, o quizás sí para cazarlo y matarlo cuando salga de aquí, no sé como pero lo haré. Siento como introduce la llave en la cerradura de la puerta, y lentamente la abre, adentrándose en este "cuarto".

- Hola Andrade ¿cómo amaneces?... No responda que realmente no quiero saberlo. - como si lo fuera a hacer, qué respuesta quiere "oh bien, aquí descansando un poco, antes de ser violada o golpeada y tú qué ¿solo me follaras o también abran golpes hoy?" Imbécil, hijo de su...

- Vamos a darte un baño, que apestas a mugre. Hoy jugaremos un poco contigo. - dice mientras se acerca, sube sobre mí para colocar otras esposas en mis manos, las cuales tienen una larga cadena que en un extremo conecta con un collar para mi cuello manteniendo así mis brazos doblados hacia arriba y sin movimiento y el otro extremo conecta a unos grilletes, que van en mis tobillos. Con esto solo podré dar medio paso, y no podré mover mis brazos o piernas. Inteligente de su parte porque de otra manera ya estuviera dándole una paliza y huyendo de este asqueroso lugar.

Al salir, cruzamos un pasillo sin ventanas, ni techo eso quiere decir que estoy en un sótano. Al llegar al extremo de este, abre la puerta revelando así un pequeño cuarto con paredes grises y de suelo rústico. Me jala de la cadena bruscamente haciendo que trastrabille y antes de poder estabilizarme me empuja del pecho, caigo de culo causando un pequeño raspón en mi nalga derecha. Otra cicatriz para mi cuerpo.

De una esquina toma una manguera bastante gruesa y abre una llave en la pared. Cuando lo hace cae sobre mi cuerpo un chorro de agua congelada y con una presión que estoy segura dejará moretones donde impacta con mi cuerpo.

Al cabo de unos minutos, cuando mis dientes castañean y mi cuerpo tiembla sin control, cierra la llave y se acerca a mí con lo que parece un estropajo y jabón. Comienza a fregar mi cuerpo con tanta violencia que en cuestión de segundos toma un color rojo brillante y arde como un demonio.

Al momento que gimo del dolor se separa y vuelve a hacer lo mismo con la manguera por otros cinco minutos, si no se detiene moriré de hipotermia, aunque pensándolo bien sería lo mejor para mí.

Me levanta y lleva por el pasillo casi a rastras hacia otra puerta. Me empuja dentro de esta y quedo en el centro de un reflector con demasiada luz que me encandelilla la vista, teniendo que cerrar mis ojos por un momento hasta que me acostumbro. Al abrirlos nuevamente no logro visualizar nada más allá de medio metro delante de mí.

- Es bellísima - dice una voz grave.
- Tiene un culo bien grande. - dice un segundo con voz pastosa.
- y una piel de porcelana, se pondrá tan roja con un par de azotes, que de imaginarlo ya estoy duro.- la tercera voz es de alguien bien avanzado en edad. Asco.

- ya quiero meter mi polla en todos sus agujeros. ¿Será apretadita? Espero que sí. - dice una cuarta voz y esta pertenece a alguien demasiado joven.

- Tranquilos mis amigos que para todos hay. - dice mi secuestrador. Con voz burlona.

- Lo sé Beltrán, pero es que es tan perfecta. - así que el demonio que me secuestró, tiene como apellido "Beltrán" pero jamás lo he escuchado, tal vez y sea un viejo enemigo del diablo. No me extraña, ese imbécil tiene más enemigos que dinero y eso que es el más rico del país.

En eso el viejo se acerca, por lo que puedo verle el rostro y cuerpo y es...tan malditamente guapo a pesar de sus años. Realmente estoy asombrada ya que los "amigos" ancianos del diablo o progenitor eran tan repugnantes que las primeras veces vomité tanto que me castigaron por un mes tan feamente que duré casi otro mes hospitalizada curando huesos rotos y cerrando heridas de cuchillas y látigos, odio ese recuerdo.

- ¿Ya viste sus cicatrices? - pregunta el viejo.

- Sí - afirma "Beltrán''
acercándose a mí y tomando mi quijada duramente. - ¿ cómo te las hiciste, perra? ¡CONTESTA! - me sacude fuerte. No quiero hacerlo, me avergüenza que sepan lo que mi "padre" y sus socios hacían conmigo. Es asqueroso.

Siento su puño impactar en mi estómago robándome todo el aire, caigo de rodillas, pero no puedo sostenerme el estómago por estas estúpidas cadenas que atan mis manos. Y no lloro porque este momento hace que recuerde lo que vivía a manos de mí "padre" y él odiaba mis lágrimas.

- Te hice una pregunta y quiero una puta respuesta ¡AHORA! o si no triplicaré tu castigo. - demanda amenazante. Ya qué, siempre sacará la verdad, sea a golpes o ahora, y creo que me decido por el ahora.

- Las hizo mi... - odio decirle "padre" a ese demonio. Alzo la voz para que me escuchen claramente, así me enseñaron. - las hizo mi padre y sus socios cuando me castigaban por desobedecer o por su puto placer. - escupo las palabras con odio, rabia y rencor. Cuánto no diera por matar a ese demonio quien decía ser mi padre con mis propias manos.

- ¡ MENTIRA! No me comeré esa estúpida mentira, ya verás lo que ganas por mentirme. - grita él empezando a jalarme del cabello hacia una mesa, ya sé lo que vendrá, así que solo cierro los ojos y rezo para que termine mi castigo lo antes posible.

Venganza y Dolor (Beltrán VS Andrade)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora