✓⁰2

1K 154 59
                                    

La mañana llegó, pero fue tal cual a la del día anterior, la lluvia seguía presente, aunque un poco más suave.

Al despertar lentamente, YoonGi se acomodó perezosamente en el pecho desnudo de aquél chico tan guapo a su lado, era realmente tibio estar ahí, y muy cómodo.

Esperen... ¿Chico?

— ¡AHHHH, HOLLY! ¡Hay un p*to extraño en casaaaaa! — Gritó alejándose rápidamente del chico, chocando con su prerezoso canino, el cual al escuchar gritar a su dueño reaccionó y comenzó a gruñir en contra del extraño en su hogar. ¿Que pasaba en estos días? ¿Es que ya nadie podía mantenerse fuera de su territorio? Primero gatos gigantes y ahora humanos raros, por dios, el pobre Holly ya se estaba cansando de todo eso, quizás debería tratar de convencer a su amo para que salieran más y así, el podría entrenar con las ardillas. Si, si, que buena idea.

Pero volviendo a lo importante.

Min miraba fijamente al chico que lentamente se estiraba y sonreía perezosamente... Si bien, era bastante guapo, tenía músculos que le encantaría poder tocar y admirar por horas; y agregándole el exquisito aroma a café y almizcle que emanaba de él, aún no sabía quién era ni como había entrado a su hogar.

— ¡¿Quién mierd* eres?!  ¡Contesta, extraño! — Volvió a gritar Yoon, pero esta vez, ya en pie y amenazando al extraño con unas tijeras que había dejado en la pequeña mesa de centro.

El extraño por su cuenta simplemente se quedó sonriendo por unos minutos hasta que decidió hablar.

— Soy una persona agradecida por lo que hiciste anoche. — simplemente soltó.

Y oOh.Por.Dios, su voz era grave y segura, era una voz digna de un dios griego, pero no debía distraerse, debía tratar de mirarlo a los ojos sin que estos decidieran deliberadamente dar un recorrido completo por la marcada mandíbula del tipo, ni por los voluptuosos labios de este, y mucho menos dejar que sus curiosos ojos se desviaran a el pecho bien marcado y duro del extraño.
Min debía saber quien mi*rda era ese extraño y que hacia en su hogar, después podría disfrutar de la vista tranquilamente.

— ¿Te gusta lo que ves? — preguntó el extraño ahora con una sonrisa divertida dibujada en su rostro.

Las mejillas de YoonGi automáticamente se pusieron rojas a la par que su vista se desviaba a otro lugar de la sala indignado por haber sido descubierto en pleno acoso visual.

Y recordando a la par, algo de gran importancia.

La pantera, no estaba.

— ¡Mierda...! ¡Oye tú, chico exhibicionista! Cuándo entraste no viste ninguna... Haber, como explicarlo sin que suene tan loco, ¿No viste un gatote gigante aquí? — soltó comenzando a buscar por todos lados con la mirada al gran animal.

¿Cómo lo perdió de vista? O mejor dicho... ¿Cómo es que sigue con vida? Esa pantera era más grande que todas las que había llegado a ver en el zoológico donde lo habían llevado de excursión por tema de sus estudios de médico veterinario.

— ¿Gatote gigante? ¿Así me veo? — volvió a soltar con humor el extraño.

Bien, eso molestó a Min.

O sea, ¿Porqué hablaba en primera persona? Definitivamente debía ser algún loco que se escapó de algún psiquiátrico de la ciudad y tuvo la "fortuna" de entrar al hogar del omega. Además, su tono de burla hacia enojar aún más a Min, que de por si ya tenía los nervios de punta. Ha esas alturas, no estaba para ser el objeto de burlas de nadie.

— Listo, largo de mi hogar, si no te vas por voluntad propia me veré en la obligación de llamar a la policía o dejar que mi perro te coma, tu decides, lunático. — Y sin más, tomó el celular que estaba encima de una reprisa entre sus manos y marco el número de la policía, pero no obstante, no llamó, quería darle la oportunidad de escapar a ese adonis.

¿Híbri..Qué? | ✎JimSu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora