No quiero vivir si viviendo muero. No quiero intentar sabiendo que fallaré. Tropiezo en la misma piedra a cada paso, como una estupida. Y cuando consigo esquivar la piedra aparece una valla que no puedo saltar.
No tengo más lagrimas. No tengo más dolor. Solo avanzo lentamente sin mirar hacia delante. El suelo empapado de sangre podría hacerme resbalar. Los gritos de agonía a mi alrededor no son más que un susurro contra mis propios pensamientos.
Pero ante todo este infierno tus manos me siguen pareciendo suaves. Entre todo este fuego sigo sintiendo tu mirada sobre mi. Entre todo el murmullo tu voz suena firme y segura.
Quieres protegerme del sufrimiento, del mal. Tratas de poner tu cuerpo entre el mío y el resto del mundo. Tienes el corazón más brillante que jamás halla visto. Tienes los ojos llenos de esperanza. Tu sonrisa ilumina los rincones más oscuros de mi alma.
Puedes protegerme del horror de mis propios pensamientos. Puedes evitar que me lastime, que me lastimen. Puedes agarrar mi mano y llevarme a un lugar en el que las palabras no duelan, en el que el suelo no arda y el aire no corte mis pulmones. Puedes salvarme.
Pero necesito que entiendas algo. Necesito que comprendas que, aunque me haces falta, no te necesito.
No necesito que me salves. Necesito que permanezcas a mi lado mientras me salvo a mi misma.
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Cartas De Sangre
PuisiCartas de amor guardadas en un desván. Historias olvidadas y finales no narrados. Palabras ocultas entre lágrimas y cicatrices. Finales trágicos de vidas sin comienzo. ----------------------------------- Historias cortas independientes sobre la vid...
