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La siguiente obra esta parcialmente inspirada en un hecho de la vida real, algún día podrán leer la verdadera historia, por cierto quienes ya leyeron "She loves you" podrían considerarlo continuación. 

Jake_Muyreal.

Me había levantado muy temprano, el alba comenzaba a tornarse dorado y comenzaba a lastimarme los ojos. Como desearía estar en la habitación de Jonathan, su habitación era fría y oscura, todo lo contrario al maldito... pero no, George dijo "Dio, tu tienes todo a tu alcance, estudias mucho y comprendo tus necesidades". ¿Cuáles eran mis malditas necesidades?

¿Acaso quería verme más feliz? No podía, no, todo lo malo parecía pasarme a mí. ¡Maldito Jojo! ¡Joestars! (Dio salio hecho furia de su habitación, cerrando las cortinas de golpe y olvidándose por completo de sus sandalias, como necesitaba una buena taza de café)

Un amargo olor me invadió, el piso estaba frío pero aquel olor...mi curiosidad fue mayor, la cocina daba al otro lado de las escaleras, el piso blanco de mármol comenzaba a brillar con destellos dorados, mis pobres ojos no lo soportaban, abrí de golpe la puerta de la cocina sin importar los regaños de George o algún sirviente asustado. 

Una figura reflejo en el piso blanco, aquellos pies descalzos y anchos, las pantorrillas fuertes, ese viejo pantalón para dormir enrollado entre sus rodillas...aquella vieja playera gris que estaba a punto de romper, aquel corte en V en su cuello dejando ver sus claviculas, aquellos brazos morenos fuertes que sostenían la cafetera y la taza azul, aquellos cabellos revueltos, negros y suaves. Aquel hermoso rostro...moreno.

-¡Buenos Días, Dio!

-Jojo.- le conteste ignorando su figura. ¿Hace tanto tiempo que ha cambiado?-¿Qué has preparado?

Saque algo de pan, lo unte con mermelada y le di una mordida, Jonathan parecio suspirar, gire la cabeza para mirarlo, estaba ahí parado derramando café y viendome, como si fuera un maldito monstruo, con la boca abierta y sus mejillas rojas, los ojos azules bien abiertos.

-¡Jonathan!

Deje caer mi pan, para sostener la mano de aquel maldito imbécil.

-¡Estúpido!- lleve la cafetera a la barra y tome la taza azul, estaba a punto de tirar un buen cafe, le di un sorbo.

-No tiene azúcar.- alcanzo a murmurar.

-Me gusta el café amargo. Mira que desastre hiciste, ¿quieres ir por una toalla o algo, Jojo?

-Si...- sin dejar de verme.

-¡Que esperas!

-Si...

Nunca había visto la profundidad de aquellos ojos azules, mirándome perdidamente, aquel brillo me daba la sensación de atravesar lo por completo. Deje la taza a un lado, Jojo me siguió con la mirada.

-¿Estas bien?- le pregunte al fin.

-Si...

-¿Quieres quitarte de ahí?- pronto se ensuciaría los pies.-¡Hey!- me sonreía como idiota, bueno como siempre sonríe pero esta vez había algo diferente en sus labios, se veían dulces.-Jonathan, ven.

Moreno míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora