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Era un día nublado, las calles estaban desoladas y la gente corría para evitar mojarse por la inoportuna lluvia que había empezado a caer.

Aquel pelinegro de baja estatura, que apenas evitó la lluvia, había llegado a las afueras de un hospital. Algo cansado las cruzó, e inmediatamente se dirigió a la recepción para pedir un pase de visita. Con flojera, la recepcionista se lo entregó para después tomarlo y agradecerle por ello.

Camino hasta el elevador para subir hasta el tercer piso, donde se encontraba la habitación de su hermano. Al llegar ahí notó algo innusal tras la ventanilla de la puerta, su hermano se estaba riendo, cosa que no hacia tras enterarse de una grave enfermedad, y también notó a quién hacia reír a su hermano. Era un joven más alto que él, pelinegro de cabello largo y vestía de verde. También poseía en sus manos unas marionetas de perro: uno azul que tenía dientes afilados, orejas puntiagudas y una expresión aterradora y el otro era color café, tenía dientes cuadrados, orejas largas y flojas y una apariencia más neutral.

Sin dudar más, tocó la puerta para posteriormente saludar a las dos personas que estaban en la habitación. Su hermano, al escuchar su voz, le regreso el saludo. Pero lo que más le intrigó fue que las marionetas le saludarán y no el portador de las mismas.

En menos de un segundo, las marionetas se despidieron de los hermanos y el portador de ellas, solo hizo una leve reverencia. Cuando el titiritero se fue, Daigo le preguntó a su hermano:

- ¿Quién era el?

A lo que éste contestó:

- El es Ken Midori y sus marionetas se llaman Keru y Besu. Mañana también vendrá a verme, aunque es muy tímido para hablar.

Eso le sorprendió a Daigo, por lo que al otro día llegaría más temprano a la visita para poder conocer a Ken. Después de 15 minutos, se despidió de su hermano ya que la hora de visita había acabado. Al salir del hospital para dirigirse a su hogar, no dejó de pensar en Ken, había algo que le atraía del él y quería saber que era, ya que nunca había sentido esa sensación antes.

Al llegar a su casa, después de cenar y tomar un baño, se recostó en su cama y lo primero que invadió su mente fue la mirada de Ken, de un momento a otro, su cara se tornó roja por el sonrojo que le causó el haber imaginado que ambos se besaban. Con un grito ahogado bajo la almohada, volvió a la normalidad para después quedarse dormido, mientras pensaba como le hablaría a aquel titiritero que logró capturar su corazón.

Al otro día, se despertó temprano para poder llegar antes que Ken al hospital. Al llegar, sorprendió mucho a la recepcionista, ya que generalmente llegaba casi al concluir la hora de las visitas. Se dirigió a la habitación de su hermano con paso tembloroso, dudo un segundo si entrar en ella o salir de allí para no generar sospechas, con confianza entró a la habitación de su hermano y lo saludo. Éste le devolvió el saludo para después decirle:

- Hermano hoy llegaste más temprano, ¿acaso pasó algo malo?

A lo que Daigo le respondió:

- No, llegué antes porque acabe rápido mis deberes

Su hermano se emocionó y en menos de 2 minutos, Ken llegó. Daigo al verlo se puso nervioso pero lo disimuló, cosa que Ken pudo notar. Al estar más cerca de los hermanos, se presento ante Daigo:

- Hola! Mi nombre es Keru y el es mi hermano Besu - dijo Keru con cierta alegría

- Yo soy Besu, es un placer conocerte. El es Ken, nuestro gran amigo - la voz de Besu era cordial y muy sincera

El mencionado solo hizo una reverencia, y procedió a realizar su obra. Después de media hora, ésta terminó y después procedieron a jugar con el pequeño Ryota, el tiempo pasó y con ello la hora de la visita. Al salir de aquella habitación, Daigo le habló a Ken:

- Oye, ¿qué vas a hacer mañana? - le dijo en tono serio

El susodicho volteo a ver a quién lo había llamado, pero lo que no espero Daigo fue que, tanto Keru como Besu le respondieran:

- Eso no es algo que te importe - le respondió Keru con desinterés

- Si, no vamos a perder el tiempo contigo - Besu a completo lo que había dicho Keru

- ¡Respóndeme Ken! - Daigo empezó a perder la paciencia

- Se más respetuoso muchacho - le reclamó Keru en un tono enojado

-Si no eres amable, no te vamos a responder - Besu lo dijo en un tono más calmado

- ¿Quieres salir a dar la vuelta al parque que esta en el centro? - respondió Daigo algo frustrado, no esperaba que le iba a costar trabajo hablar con Ken

- Eso suena interesante - dijo con cierto entusiasmo Keru

- Si, aceptamos tu invitación - Besu había usado una voz más comprensiva

- Bien, mañana a las 02:30 p.m. - Daigo se sentía aliviado, le costó demasiado trabajo pedírselo

- Cuenta con ello - le respondió Besu

- No llegues tarde - esta vez respondió Ken con voz tímida, estaba algo sonrojado y estaba viendo hacia el piso

Al decir esto; se fue, dejando ahí a Daigo que estaba más que sorprendido al escuchar la voz de Ken. Después de espavilar, se fue a casa a intentar descansar para su gran día en donde podrá conocer al verdadero Ken.

Cuando te conocí (AU) BeyBlade Burst Donde viven las historias. Descúbrelo ahora