Two

7 2 0
                                    

La única rutina que toleraba en mi vida era ir todos los viernes al Refinery Rooftop, un bar muy popular en Manhattan. Salíamos todos de la oficina y nos dirigíamos al hotel. Era un momento donde podíamos dejar el trabajo de lado y forjar la relación de todos

-¿Sabes qué día es hoy verdad?- preguntó Jeff emocionado.

-El mejor día de la semana. - suspiró Sam.

- ¡Noche de copas! - gritó Dinah.

-Siento esa emoción en el ambiente, chicos, pero primero tenemos que terminar con esto. - dije, señalando la computadora.

-Aguafiestas. -

-Ya quisieras, Hansen, sabes que soy el alma de las fiestas. -

-Claro que sí. - dijo burlona.

-Hablando de fiestas, hoy hay un evento, van a poner buena música... – comentó Jeff.

-Siempre tienen buena música. - defendí.

-Pero para mover un poco el cuerpo, jefa. - contestó Jeff tocándose el cuerpo.

-Tú siempre quieres mover el cuerpo, pero no en una pista de baile. – se burló Dinah

- Nunca tan lejos de la verdad nena. -

-Bueno, terminemos con esto, en media hora estamos libres. Lo prometo. -

Y así fue, en media hora ya estábamos apagando las luces para irnos y en otros veinte minutos más llegamos a la puerta del Hotel Refinery. Para nuestra sorpresa nos encontramos con una gran fila para entrar.

-Genial. Van a hacerme esperar y muero de hambre. –

-Dinah, que raro que tengas hambre. - contestó Jeff.

-No puedes opinar, tú siempre quieres comer y no precisamente comida. -

-Dejen de hacer alboroto, si se callaran un momento podría hacernos entrar. - me quejé intentando escuchar lo que me decían por teléfono. - Si, John, estamos fuera del hotel. Gracias. Nos vemos adentro. – Colgué.

-¿Hablabas con John?-

-Si, Sam, nos reservó la mesa de siempre. -

-Me siento tan VIP.-

- No exageres, Jeff, es solo una atención por hacer su campaña publicitaria. - contesté orgullosa.


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las reuniones iban a realizarse en un local ubicado en Manhattan, decidí quedarme unos días en el hotel para terminar el papeleo del local y planear la inauguración. Solo salí de la habitación para hacer la junta, ahora que todo iba bien encaminado, sentí que merecía un descanso y me dirigí al bar del hotel.

Había leído en un folleto turístico que eran muy populares aquí los bares rooftops. Grandes terrazas a unos cuantos metros de altitud en un rascacielos. Dinah reservó una habitación y me propuse conocer el bar con vista al Empire State Building.

Había pasado gran parte de la tarde sentada observando la belleza que la terraza podía ofrecerme mientras hacía unos garabatos en una de las servilletas. Todo estaba hecho, excepto por algo importante, nuestro isotipo. Lo que la gente vería para reconocernos. Teníamos el nombre, pero con tanta competencia, debía crear una imagen que nos destacara del resto.

-Disculpe que me entrometa, señorita, soy muy curioso ¿qué está dibujando sobre el papel? – escuché una voz desconocida. Cuando me di vuelta para ver de dónde provenía, encontré a un hombre mayor de ojos azules vestido de traje, al estilo jazz de los años 50' mirándome con mucha curiosidad.

-Estoy intentando hacer una imagen para mi emprendimiento. - contesté sonriendo, como cada vez que hablaba de aquello. - Este lugar es perfecto para encontrar inspiración. -

-Entiendo... me encanta cuando nuevos soñadores llegan a esta ciudad. Yo en mis épocas de juventud fui como ustedes-

- ¿Logró cumplir sus sueños? -

-Estas dibujando sobre él. - dijo señalando las servilletas con el nombre del bar.

-Oh, lo siento. - comenté avergonzada.

-Descuida, niña, este lugar empezó de la misma manera, fue un pequeño boceto sobre una hoja de diario y mira cómo terminó...-

-Gracias por compartir esto, es muy inspirador. Recién estamos comenzando, estoy muy segura de que funcionará, pero confieso tener miedo y dudas -

- Los miedos son parte del ser humano, queda en cada uno aprender a enfrentarlos. - hizo una pausa. - qué descortés de mi parte, no me presenté. Soy Jonathan Brown, uno de los dueños de este hotel. - estiró la mano.

-Lauren Jauregui, diseñadora y publicista, además, futura dueña de una marca- respondí con confianza estrechando su mano.

-Bueno, Lauren, ya que estoy aquí, ¿te gustaría hablar sobre ayudarme a publicitar este bar? - Sentí como mi mandíbula casi cae al suelo.

-Señor Brown, ¿lo dice enserio? -

-Dime John. Sí, hace rato me piden contratar a alguien para que se ocupe del marketing del bar, llegar a la gente más a allá del nombre del hotel ¿entiendes? -

-Sí, John. Me parece una propuesta excelente. - dije emocionada, tratando de repetirme que debía comportarme como una profesional.

-Perfecto, si le parece bien, me gustaría tener una reunión, ¿mañana? -

-Estoy hospedándome aquí con mi socia. No hay inconveniente. -

-Genial, mañana a las 12:00 en punto las espero aquí. Un gusto conocerla, Lauren. -

-El gusto es mío, John. -

Así fue como habíamos conseguido nuestro primer contrato, antes de siquiera inaugurar Harmony Desing.

A Letter In New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora