• Lunes, 11 de marzo de 2019.
A la mañana siguiente mi papá salió temprano a trabajar, pero se supone que Nicolás Maduro decretó que hasta que no llegue la luz se suspendían las actividades laborales y estudiantiles. Algo raro, lo sé. Mi hermana continuaba con Harry Potter: El Cáliz de Fuego mientras yo decidí releer Buscando A Alaska que es mi novela favorita, ¡Dios mío!, como me gusta leerla. Entonces seguía la lluvia, temía por mis plantas que se les hacían grandes charcos de agua. Temía que se ahogaran. Cada segundo con ausencia de iluminación me hacía temer por la situación del país.
Ya al anochecer la radio no funcionaba, ninguna emisora funcionaba, solo sonaba como cuando los televisores no tienen parabólica. Hasta que se comienza a escuchar a un hombre que hablaba inglés, si, inglés. La emisora era de Trinidad y Tobago y decía que tenían una Firework Fest. Además, luego esa también se cayó y comenzó una cadena nacional, cosa que apagué porque no quería escuchar excusas, quería escuchar soluciones, o entonces solo eran palabras vacías que prometían acciones que jamás sucederían.
Como tal ese día fue tranquilo fuera de la preocupación por la situación de las personas que residen en este pedazo del globo terráqueo.
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Bitácoras de Leonardo en crisis existencial
Non-FictionGracias a los acontecimientos que suceden hoy en día en Venezuela, consideré justo expresar mis sentimientos en este lugar, además, también mis experiencias oscuras por el apagón nacional que comenzó un tranquilo y sereno jueves 7 de marzo de 2019 a...