8. El regreso del foco sin energía

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Por varias semanas hubieron cortes de energía eléctrica "normales" aunque no debe ni siquiera irse la luz. No estoy en lugar de decidir, pero sí que quejarme. Habían bastantes fallas en la energía eléctrica tan grandes que ni siquiera he podido entrar a Instagram, Twitter y Facebook. Estoy a tal punto que quisiera irme con toda mi familia (literalmente todos los Pérez) al Cortijo Chiquinquira, comprar una planta eléctrica y convivir a tal punto de establecernos como colonia. Esa sería una solución no tan Neardenthal, pero espero que tengan agua caliente. Bueno, son muchas palabras de introducción para explicar la impotencia de sobrevivir en un país problemático.
Ahora resulta que también hay un ejército ruso aquí. En vez de soldados tuvieron que entrar comida, plantas eléctricas, medicinas e incluso agua. Pero como dije no decido yo. Pero creo que hasta yo sería mejor presidente.

Saltando el tema quiero recalcar que detesto, detesto y detesto a Corpoelec con toda mi alma. Los odio, los aborrezco y con mucho respeto les digo que no deberían existir. ¡Abdiquen, abdiquen! No solo a mí me gustaría que abdiquen a dar luz a Venezuela y que otro lo haga. Pero creo que les gusta más seguir haciendo esto, que los venezolanos los odien más y no irse con dignidad. Porque tengan por seguro que algún día los sacaran como la basura que son.

Siguiente, la falta de energía eléctrica seguía afectando. Estaba en casa de mi abuela visitando a mis familiares que tenía tiempo sin ver (fue sorpresa que alguien quién no sabía que también venía se me apareciera en el comedor) después de mucha felicidad estábamos en la sala charlando todos cuando hubo un bajón. (Allá también hay protector porque sino ni refrigerador tuviéramos), a los minutos volvió la energía eléctrica y el susto pasó. Un dato gracioso es que mi primito le pidió a mi tío que fuera a su casa a buscarle controles de juego, seguro él estaría tomando los controles cuando se volvió a ir la luz esta vez completamente. Un abuso total. Resulta que jamás llegó allá desde ese viernes, y eso que justo ahora que estoy escribiendo esto (sin luz) es domingo y no hay ni telecomunicaciones. Esto se publicará en el momento que me llegue la energía eléctrica y el internet. Porque cuando hay energía eléctrica no hay internet, y cuando llega (lento, como a la velocidad de descarga de 14 kb por segundo) se va la luz treinta minutos después. Justo ahora lo único que he hecho es leer, y darle la vitamina a Brandy Harrington. Pero del resto no sé qué haré si esto continúa así. Repito, tías, consideren lo de irnos a vivir al Cortijo.

Por cierto, no olvides votar y comentar. En especial, Matheo, feliz retorno a Venezuela. Lamento que hayas llegado en estos momentos tan perdularios. Igual a Manuel y Yubri.

Bitácoras de Leonardo en crisis existencialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora