Capítulo dos

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-Oye... deberías tranquilizarte...- le dije al chico alejándolo de ella.

-¡tu no te metas niño!- me empujó.

¿Niño? y él muy grande ¿no?

-oye... me entrometo porque veo que los 2 están ebrios y nadie sabe de qué sean capaces... -dije tranquilo.

-oye ricitos,¿por qué no te metes en tus propios asuntos?-ella se dirigió a mi.

-¿estas demente?Primero pides ayuda y ahora dices eso.Que loca.-me alejé enojado.

Pero por alguna razón no quería alejarme, no podía dejarla sola con ese animal, me metí en un callejón sin que me vieran.

-escúchame... siento haber sido tan celoso- escuché que él habló más tranquilo-pero te amo y nadie más puede tocarte...

-que maduro Zayn... le diré a todos que está prohibido tocarme o tú los golpearás...

Decidí que no valía la pena, podría asegurar que son sado-masoquistas, me metí al callejón buscando una salida y resulta que era un atajo para salir a la calle donde vive Tom, wow, ahora sé cómo llegar rápido a un buen bar.

-¿dónde estabas?- Tom preguntó como si le importara.

-solo salí a conocer un poco...

-apestas a alcohol

-pues es porque tomé.

-hijo...

-no me digas hijo.

-¡Harry!Tu comportamiento hostil no te llevará a nada y solo convertirás esta casa en un infierno para los 2 y hagas lo que hagas no te dejaré ir, cuando cumplas tu mayoría de edad y vea que eres capaz de ser independiente te dejaré ir por lo mientras tendrás que soportar...

Me encogí de hombros y cedí.

-¿quieres un café?- me ofreció.

Asentí.

-Vamos... -Nos dirigimos al comedor, su casa era enorme; pero claro, ganaba muy bien cobrándoles 200 grandes la hora a los locos que vienen aquí, era grande pero muy oscura y tenebrosa, parecía casa de un vampiro ,o me sorprendería si encontraba de pronto un ataúd que es donde Tom duerme.

Atravesamos un salón lleno de antigüedades y pues no, no encontré un ataúd pero si una copia de un sarcófago.

-¿y aquí duermes?- bromeé mirando el sarcófago observando los detalles perfectos de la cara de una mujer con los rasgos muy afilados.

-sólo  los viernes...- él quiso bromear también.

-claro...- seguí caminando y finalmente llegamos al enorme comedor pero él siguió caminando, lo seguí y llegamos a la cocina, el único lugar con luz, supongo que es debido a que ahí las paredes son de cerámica blanca y la luz es blanca y el resto de la casa las paredes son café oscuro y los focos amarillos.

Él agarró una cafetera y sacó 2 tazas sirvió una para mí y otra para él, nos sentamos en una pequeña mesa que estaba ahí.

-¿te divertiste?- me preguntó.

-No- respondí levantando las cejas.

¿cómo puede preguntarme eso?

-¿cómo te sientes?

-Nunca en mi vida me había sentido tan mal como lo he estado  desde que respondí el teléfono cuya llamada me anunciaban que mi madre murió- dije firmemente- desde ese momento toda la alegría y luz que había en mi vida se esfumó, y han sucedido una gran serie de eventos desafortunados de los que no sé cómo me he librado...

-¿cómo qué?

-Ja- bufé y sentí un nudo en mi garganta- por ejemplo, me enteré que mi padre salió de la nada a hacerse cargo de mí, vendió la casa que mi madre y yo sacamos adelante juntos, estuve de luto en navidad, los idiotas de los mausoleos no quisieron cremar a mi madre porque ella los rechazó en la secundaria, los golpeé y estuve encarcelado en año nuevo, mi novia terminó conmigo en mis momentos más difíciles, por poco muero yo también en el auto- noté que mi voz se quebrantaba, aclaré la garganta y ahogué mi llanto para hablar firmemente de nuevo-y ahora me mudé a la casa de Drácula ubicada en una ciudad cuyos ciudadanos están locos de remate...

-Harry... lo lamento no tenía idea de todo eso.

-claro que no, ni siquiera sabes cuál es mi segundo nombre...

-Edward...- contestó orgulloso.

-Felicidades- aplaudí.

-Harry... me sorprendes, has vivido tantas adversidades y no te has derrumbado, sigues de pie, eres una persona muy fuerte a pesar de tener tan solo 17 años.

-Mi madre me enseñó a serlo.

-pero tienes que sacarlo... o te puedes enfermar gravemente, incluso te puede dar un trastorno.

-no soy como todos tus lunáticos que acostumbras...

-eres igual a tu madre en todos los sentidos- cambió el tema.

-me alegro que no haya sacado nada de ti...

-desgraciadamente lo hiciste... tienes la misma ideología de tu madre, incluso en el físico se parecen, sin embargo tienes el mismo carácter que tu padre...

-te equivocas... yo nunca abandonaría a una mujer embarazada.

-eso es una ideología, yo hablo del carácter, eres rudo, mujeriego, duro como piedra, nada te derrumba y tomas todo con tranquilidad, he  convivido contigo por lo menos 4 horas en promedio y ya siento que te conozco

-no quieras analizarme a mí, y no te atrevas a pensar que me conoces...-amenacé,

-de acuerdo Harry...- se terminó su café y se levantó-prepárate porque mañana irás a buscar trabajo...- dijo caminando hacia la puerta de la cocina,

-creí que tú te harías cargo...

-si quieres irte a vivir solo tienes que demostrarme que sabes trabajar, hasta donde yo sé nunca has trabajando en la vida...

-De acuerdo...

Escuché la puerta cerrarse terminé mi taza de café, yo tampoco sabía cómo demonios he  soportado todo esto... me siento tan solo... tan débil... tan vulnerable...

Y ahora más que mi madre no se ha aparecido por aquí…

Sentí que mi estómago iba a reventar, agarré la estúpida taza y la aventé hacia la ventana haciendo que ambas se quiebren, me tiré al suelo y azoté mi cabeza contra la pared, mis mejillas se sentían calientes y las malditas lágrimas empezaron a salir de mis ojos, agaché mi cabeza y me recargué sobre mis rodillas, con mis dos manos presionando mi cabeza y jalaba mi cabello.

Maldita sea, ¿por qué mi vida tuvo que dar este terrible cambio? Odio todo esto, odio a Tom, odio su casa, odio este pueblo, quiero regresar a mi vida, pero no puedo...

Demencia en mi reflejo |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora