Karen
Me había despertado en un hospital, lo primero que se me paso por la cabeza fue que hacia allí, intente recordar algo pero solo conseguí un gran dolor de cabeza. No supe quien era, cuantos años tenía, nada sobre mi familia o donde vivo. Entro un hombre vestido con una bata blanca, un medico supuse.
-Ya veo que estas despierta Karen.- Dijo sonriendo amablemente.- Has pasado por algo muy duro- Dijo mientras acariciaba mi cabeza.- Enseguida vuelvo voy a por tu padre.-
Con que Karen, pensé, supuse que ese era mi nombre, pero seguía sin entender que estaba pasando, mi mente estaba en blanco, cada vez que intente recordar me dolía cada vez mas la cabeza así que decidí parar.
Un rato después entro un hombre de mediana edad, era bastante alto, pelo canoso, ojos marrones, seguido por el médico de antes. Se acerco a mí apresuradamente y me abrazo.
-Temí que te hubiera pasado algo.- Dijo con ternura.
Yo lo aparte suavemente y le había mirado extrañada, intente recordar quién era ese hombre pero el dolor de cabeza volvía
-¿Quién es usted?- Pregunte.
-¿Qué?- Me había dicho confuso.- No me vengas con esas Karen, soy yo, tu padre.- Yo le negué con la cabeza.- ¿no te acuerdas?
-Yo… yo no sé qué está pasando.- Dije nerviosa.- No sé quién soy, no sé quién es usted, no entiendo nada.- E inconscientemente mis lágrimas habían empezado a caer por mis mejillas.
Aquel hombre siguió insistiendo en que intentara recordarle pero no pude, al final se dirigió hacia la puerta y la cerro de un portazo, el hombre con bata se acerco a mí.
-Tranquila Karen, todo se arreglara.- Dijo él con un tono tranquilizador.- Ahora tengo que hacerte una pequeña revisión espero que te parezca bien.-
Yo solamente asentí, el médico empezó a hacer su diagnostico o lo que fuera que estaba haciendo, luego se sentó en una silla al lado mío y empezamos a conversar sobre temas sin importancia. En la habitación entro una mujer se acerco corriendo, me abrazo y se echo a llorar
-Gracias a dios que estas bien me tenias muy…-
Ya me había hartado de que desconocidos llegaran y me abrazaran, así que la aleje de mí bruscamente.
La mujer me intento explicar que era mi madre en algún momento explote, me sentía histérica y me eche a llorar. Mire al chico de detrás de ella, sentía que lo conocía, no sé de qué, pero al verle… me sentía aliviada pero a la vez sentía una fuerte presión en mi pecho, como si estuviera a punto de volver a echarme a llorar. Cuando se fue a ir automáticamente le agarre de la sudadera que llevaba, él me miro sorprendido
-¿Quién eres?-Le pregunte.- Te sonara raro, pero cuando apareciste por esa puerta tuve la sensación… no sé, de que te conocía de antes, es una sensación rara…-
El me abrazo y me dio un beso en la frente, luego se fue. A lo que paso después no le preste demasiada atención, seguía pensando en ese chico. ¿Quién era? ¿Por qué mi corazón latía tan rápido? Estaba… emocionada, es como si hubiera estado esperando mucho tiempo para verle.
Una semana después pude salir del hospital, según había entendido mis padres estaban separados pero, al tener amnesia han decidido que Alex se quede unos días en casa de Delia. Tardamos bastante en el coche, hasta que llegamos a un pueblecito.
-Mira Karen, aquí es donde te criaste.- Dijo Alex.- ¿Te acuerdas?
Yo negué con la cabeza. Solo había casas de dos pisos o como mucho apartamentos que llegaban hasta un tercer piso, no había pocas casas pero tampoco muchas. No circulaban muchos coches así que era un lugar tranquilo, pasamos por un colegio donde habían varios chicos de mi edad con los skates, jugando al baloncesto o al futbol. Parecía divertido, me sentí un poco celosa de ellos. Seguimos bajando hasta encontrarnos en una pequeña hilera de apartamentos rojos. Delia aparco delante de la puerta de uno de ellos y nos digo que fuéramos bajando, le paso una llave a Alex y fuimos hacia el portal. Subimos unas pequeñas escaleras hasta llegar al segundo piso, Alex abrió la puerta y entramos.
El suelo estaba hecho de madera, a la izquierda de la entrada había una mesita y encima de esta un pequeño espejo, mas adelante habían unas escaleras, las paredes estaban pintadas de verde. A la izquierda de ese piso había un comedor y un salón juntos y una puerta que me imagine que sería un baño, a la derecha había una cocina.
-Vete subiendo tu.- Me dijo Alex.- Tu habitación es la primera puerta que te encuentras.-
-Gracias… Alex.- El adopto una expresión triste.- Lo siento, todavía no… no puedo llamarte…-
-No hace falta que me llames de ningún modo.- Dijo él sonriendo.- Cuando creas que estés listas lo harás.-
Yo asentí agradecida y fui subiendo esas escaleras. Nada más acabarlas efectivamente girando a la derecha había un cuarto. Me adentre en el.
Estaba pintado de un azul casi lavanda muy bonito, había una estantería de madera nada más entrar, a la derecha unos armarios incrustados en la pared y delante de estos una cómoda de madera blanca. Mas allá había una cama con una colcha color blanco, una mesa de noche, encima de esta una ventana con una cortina blanca. Una mesa de escritorio blanca cubierta la parte superior por un cristal, delante de la mesa había una silla también blanca. Encima de la mesa había una pantalla de ordenador, un joyero negro, una cestita blanca y varios libros. Pero lo que me llamo la atención de la habitación era lo que había encima de la mesa. Colgado en la pared había una especie de cuadro hecho con fotos.
Había fotos mías, con varias personas, pero, sobre todo, en la mayoría de estas aparecía yo junto con el chico del hospital, en muchas aparecíamos besándonos.
-Entonces… sí que te conozco.- Dije para mí misma mientras descolgaba el cuadro, acaricie la foto que estaba en el centro y abrase el cuadro contra mí.
¿Por qué te he olvidado?
ESTÁS LEYENDO
Crime of roses (en espera)
Teen FictionKaren estaba pasando unos días en la casa de sus tíos, cuando una noche sin poder dormirse salió a ver las estrellas. Desde el jardín vio a través de la vetana de su cuarto cómo mataban a su prima de un disparo. Ella intentó huir del lugar, pero el...