Prólogo

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Ahí estaba todo empapado y con las manos bañadas en una mezcla de sangre, lodo y barro,  ahí estaba él sentado a los pies del Jeep, lágrimas gruesas y saladas deslizándose por sus mejillas, expresando su dolor, más allá de su dolor físico lo que más dolía era su alma, sentía que quemaba, ardía tanto que no podía respirar.

Estando tan solo, tan roto.

Estando tan perdido sin saber a dónde ir.

Sintiendo que ya nada tiene sentido, realmente ya no tiene hogar, su padre le detesta y en realidad no sabe si seguir llamándole como tal, después de todo, el mismo dijo que para él, había muerto.

Durmió en la calle y en el asiento del Jeep, cada vez estuvo más y más solo, más frío y abandonado.

Todos le  odiaban, lo querían  fuera de sus vidas para siempre, la mirada con la que lo veían estaba llena de  odio y desprecio y esos recuerdos seguían hiriéndole el alma en cada mirada, destruyendo lo poco de que queda de él.

Cada minuto sentía que se iba rompiéndose más.

¿Qué había hecho?, para merecer esto.

¿Qué estaba pagando con esto?.

-¿Quizás era por haberse defendido de Dónovan y los demás de su clase…o por matar a su madre?- en realidad no lo sabe, ahora todo es confuso, todo es borroso, no sabe que es real y que es fantasía.

Su mundo ya no es claro, solo está él y su propio silencio.

Su vida había dado un giro enorme, aquellos que una vez fueron sus amigos ahora le daban la espalda, aquel que es su padre le negaba y odiaba y  su gran amor le desprecia.

Todo su mundo se había arruinado, ellos habían creído en alguien más y habían confiado en un desconocido, desconocido que lentamente les estaba llevando a una muerte segura, guiándolos a una trampa, queriendo destruirlos como lo hizo con él, pero para eso estaba el aquí, para evitar que eso pasará.

Podría estar roto y apunto de morir, pero a su familia nadie la toca, incluso si su propia familia lo desconoce como tal.

Ellos su antigua familia, habían rechazo su amor, pero aún así los amaba, lo habían herido tanto física como mentalmente, pero aun así aquí estaba, herido y sangrando por todas partes sintiendo el dolor recorrerle las venas, después de haber hecho algo que sin duda alguna si ellos se enteraban, lo odiarían aún más de lo que ya lo hacen, pero eso no importa porque sabe que era eso o dejarlos morir.

Prefería mil veces ser odiado a dejar que aquellos a quienes amaba murieran por una estupidez suya.

Es mejor ser odiado y hacer lo correcto, a ser amado rodeado de mentiras.

Era capaz de convertirse en cualquier cosa para salvar a quienes ama, sin importar lo que a él le pase.

No importa cuantas heridas llegue a tener, él peleara aún siendo un simple humano para defenderlos de lo viene.

Aún siendo ¡Solo Humano!, dará su vida por protegerlos.

Por qué para ellos podrá ser un ser despreciable, un ser bochornoso que no merecía ni siquiera respirar su mismo aire, pero para él ellos eran su todo, seguían siendo su familia y los cuidaría desde las sombras de ser necesario.

Porque sabe que antes lo odiaban por supuestamente haber matado a Donovan por accidente, por que él no quiso ocasionar la “muerte” del chico, pero hoy todo era diferente.

Ahora él había matado.

Ahora sí que había sangre en sus manos y de eso ya no hay marcha atrás.

Ahora él si era un asesino, un  cruel y vil asesino y no había ninguna excusa para ello.

Ahora ya no era inocente, él no era el mismo ni nunca más lo sería.

Porque sabe que hay tres cosas que no se pueden ocultar :

El sol.

La Luna.

Y la Verdad.

Y su secreto saldrá a la luz, pero ya no importa porque él está tan roto que está seguro que nada puede doler más…

Está listo, la muerte ya puede venir por él, nadie le haría daño a su familia ahora.














¿Ahora puede morir en paz? ….

¡𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora