Like black widow 精神病 ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

F I N A L

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No apto para sensibles.

Sentía lastima inmensa, aquella criatura que no sabía donde había metido sus narices, aquella que no sabía con quien se había atrevido a meterse, estaba por darle una probada a la pura maldad del propio diablo, y tocar con sus propios dedos las llamas del mismísimo infierno.

Las risitas se le salían por el camino de su garganta seca sin querer, estaba seca de anticipación.

Cuanto había esperado por este momento...

-Veras, Sooyoung...

Le sostuvo el cabello lentamente para quitarlo de su rostro y que viera con cuidado sus grandes y brillantes ojos miel de pura felicidad, a diferencia de los suyos, de pura frustración y temor.

-Estas aquí para pagar...

Ella frunció el ceño, como si no tuviera idea absoluta de lo que pasaba. Que linda.

-¿Por qué? Te preguntaras -Jimin inclina su cabeza levemente, haciendo un pronunciado puchero.

Da una vuelta alrededor del moribundo asiento de la pequeña criatura, asquerosa, e indefensa criatura. Le acaricia el brazo hasta la muñeca que está sujeta al asiento, mordiéndose el labio para contenerse de no cortarle la cabeza de una vez por todas.

-Existe algo llamado karma... Si, querida Soo, es una perra como tú.

Se detiene frente a ella y cae en sus cunclillas, sonriéndole, sus arrugas parecen adornar mas su locura, dándole escalofríos a Sooyoung, quien no ha sido capaz de moverse.

-Pero veras... No tan perra como yo. Mmm... No te veo muy convencida.

Le toma los dedos de la mano izquierda, sus ojos se ponen aun mas brillosos, y Sooyoung comienza su llanto silencioso.

-Vamos a demostrártelo.

...

Lanza levemente sus ropas dentro de la profunda maleta, tirando de sus prendas favoritas primero, lanzando su lencería, y sonriéndole a sus dedos que se deslizan por la tela de una pequeña prenda color blanco, probablemente la guardaría para una ocasión especial, probablemente estaría tan ansioso que no se daría las pasarelas, ni los espectáculos necesarios antes de lo que realmente planeaba hacer en un futuro, ya ni siquiera cavia en su propia felicidad, le carcomía por dentro la necesidad, aunque dentro de él, el arrepentimiento quisiera hacerle entrar en razón. Jimin estaba lo suficiente entrenado por la locura como para siquiera recordar que algo así existía.

En realidad no necesitaría de muchas cosas para dar curso al final, si realmente... Jungkook había hecho todo por si mismo, había cavado su propio hoyo, y había modelado y abierto su propia urna, era tan hermoso que le cegaba y a veces olvidaba que tenía que seguir tirando de los hilos de su precioso títere, pero ya no mas... Había cosas que no podía dejar ir, porque lo envenenarían, y cedería. Con unos ojos como los de Jungkook inevitablemente temblaría en su sitio y caería a los pies de la tentación como lo hizo alguna vez, pero esta vez, Jimin ya era otra persona, ahora sentía que el mismo diablo estaba hospedado en su corazón, y estaba tan sediento aun, que sentía que no había cumplido como debía, pero su plan fue tan perfectamente, que casi se extasiaba de pensarlo, se daba a sí mismo una sacudida para volver a la realidad, pestañeando levemente y sonriendo al lindo rubio que estaba frente a él, ayudándole a cerrar su maleta.

Lo tomo de la cintura y su mirada le penetro más que cualquier rayo de luz que atravesaba las ventanas sin cortinas en su habitación, le llego hasta por debajo de la piel, estremeció su corazón, lo volvió un poco mas desquiciado, y regreso a ser ese marrón a los ojos de el muchacho alto que estaba mirándole como si fuera la última gota en el desierto.