Capítulo 2: Death City, Mi destino, Acompañada.

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Había llegado a aquella desconocida ciudad, Death City, una ciudad la cual me recordaba a Londres por aquella infraestructura victoriana, esa...serenidad de la noche, no podía decir más sobre aquella ciudad, y sin esperar más me dispuse hacer lo que acostumbraba cada noche, a buscar almas humanas para devorar y saciar mi hambre de venganza.

Continué danzando en los tejados uno por uno buscando a cada una de mis víctimas, seguía buscando aquella inocente alma que me calmara mi hambre de venganza ,seguía perdida hasta que encontré a una joven, tenía una cara tan pálida más que la nieve y que la complementaba una sonrisa la cual no duraría por mucho tiempo, la vi caminando pacíficamente en las calles de esta ciudad, su sonrisa me inquietaba, deseaba que dejara de sonreí yo no quería que sonriera nadie debe hacerlo, la seguí sigilosamente hasta que esté en algún lugar abierto y solitario y que nadie viese el momento en el que la elimino. El momento había llegado, sin esperar algo interesante salté del tejado y aquella joven preguntándose de dónde provenía ese ruido se dió la vuelta, y sin pensarlo la apuñalé, lentamente atravesé en su delicado estómago con un cuchillo que había conseguido en uno de mis viajes, disfruté de su sufrimiento, ese sentimiento de placer corría por mis venas, amaba sentirlo nada más podía hacer que sintiera lo mismo la locura me dominaba no podía evitarlo, al fin esa...molesta sonrisa desaparecío de su pálido rostro ahora solo miraba satisfecha su cara expresando agonía y sufrimiento; ya dejando mis placeres de lado no esperé mas y me comí su inocente y pobre alma, seguramente dirán que después de tantos años ya debería haberme convertido en Kishin, pero los Phantom no podemos hacerlo, las almas humanas no hacen ningún efecto en nosotros, eso creía yo resulta que no me había informado del todo eso es lo que me gano por ser una niña cobarde y que no puede enfrentar los obstáculos que se le presentan.

Ya estaba saciando mi hambre pero...no por mucho tiempo. Ví a a un tipo en el tejado que llevaba una guadaña demasiado grande de lo normal consigo, no pude ver quien era, la luz de luna no era suficiente como para verlos bien, las sombras de la noche ocultaban su joven rostro por completo, por seguridad y por defensa comencé a luchar contra ellos, pero mi maldito esfuerzo fue en vano con solo acercarme a ellos...llegaron a atraparme eran demasiado hábiles para una niña de diez años. Saltó sobre mi y me lanzó su resonancia de alma y eso causó que llegara a paralizarme por completo; fue el peor dolor que he tenido, quería llorar pero mis ojos estaban comenzando a cerrarse y terminé en un profundo sueño.

Había despertado encadenada completamente en una celda metálica, la cual estaba demasiado fría y obscura, estaba inmóvil y sentía que me iba a enfermar, después de un momento comenzé a escuchar pasos aproximándose y al parecer tenía razón en mis supersticiones, la metálica puerta se abrió haciendo un gran ruido demasiado molesto y entró alguién, tenía el cabello rojo, algo largo y liso, ojos celestes algo brillantes pero no eran nada comparados con los míos y vestido formalmente; se hacercó a mi y me dijo que lo que había hecho no tiene perdón, que estoy metida en demasiados problemas además que ya estaba loca, poco después llegó otra persona, que al verla me aterré demasiado por su aspecto, era alguién con unos lentes demasiado grandes y brillantes según lo que recuerdo, tenía un tornillo gigantesco atravesando la mitad de su cabeza, partes de su cuerpo remendadas al igual que su ropa que era complementada con una bata de médico, se acercó a mi y me quedó observando por un buen tiempo como si quisiera analizarme. El me dijo que valla con él que necesitaba ver a alguien demasiado importante, pero ¿Como iban a transportarme?, solo soltaron las cadenas de su lugar de origen pero no me desencadenaron a mi, me llevaron con todo y cadenas, no se describir el dolor que sentía al haberme encadenado así, estar sin movimiento por mucho tiempo era doloroso. Después de ese horrible momento el cual ya no resistí, me llevaron a lo que parecía ser una habitación algo peculiar, tenía un domo con un fondo como el cielo, un ambiente algo solitario como un desierto antiguo que tenían clavadas unas cruzes de madera había muchas de ellas en el escenario, al acercarme mas al centro de la habitación, me encontré con alguién que creí saber quien era, vestía una túnica negra a sombras, solo mostraba su rostro el cuál era de una calavera, al verlo me di cuenta que era el mismo Shinigami, la mismísima muerte, se que en el futuro su aspecto cambió, pero yo llegué a conocerlo cuando tenía aquel aspecto terroríficoque a todos aterraba, típico de la muerte. Lo miré fijamente a los ojos porque necesitaba saber de que tamaño y frecuencia era su alma pero por alguna extraña razón no pude; les dijo a aquellos dos tipos que se fueran que quería hablar conmigo personalmente. Esos dos hombres asintieron y se fueron. Él se acercó a mí y me dijo.

Without Remembering The Past [Soul Eater]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora