Capítulo I

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-Vas a amar a Chris.

-Si tu lo dices.

En ese entonces teníamos 16 años. Hacía tiempo que Estefania me había estado insistiendo así que por fin accedí a conocer al dichoso Christian del que tanto hablaba.

-¡Ahí está! -dijo tefa haciéndole señas a un muchacho.

-¡Hola! -dijo él al llegar mientras abrazaba a mi amiga.

-Hola, te presento a elo.

-Mucho gusto, Eloisa.

-Christian. -él extendió su mano en forma de saludo y yo se la estreche con una sonrisa que el devolvió amablemente- entonces... ¿que película vamos a ver?

-A mi me gustaría... - decía Estefania hasta que fue interrumpida por el sonido de una melodía telefónica.

-Es mi celular -dijo Christian antes de contestar la llamada- ¿Aló?... ¿Si?... Aja... ¿En serio?... Dale pues en 15 minutos estoy allá.

-¿Te vas? -preguntó Estefania en un tono triste.

-Si

-¿¡En serio te vas a ir y nos vas a dejar aquí solas!? -dije evidentemente molesta.

-Si, adiós -dijo segundos antes de marcharse.

Luego de eso terminé odiandolo, Estefania decía que estaba exagerando pero simplemente no podía aguantar las ganas de insultarlo cada vez que lo mencionaban, era odio puro.

-Amor puro -decían mis amigas.

-Claro, amaría matarlo -respondía yo.

Todo esto pasó por mi mente como si fuera una película. Era increíble que no lo haya reconocido, más increíble aún que haya estado a punto de besarlo. Apenas había llegado a la discoteca hace 2 horas, pero ya no aguantaba estar en ese sitio.

-Tefa tengo que irme.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? -dijo ella algo preocupada.

-Nada, es que me siento un poco mal.

-¿Quieres que te acompañe?

-No, tranquila.

Me dirigí inmediatamente al lugar donde había estacionado mi automóvil, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había percatado de algo importante.

-¡MARDITA SEA ME ROBARON EL CARRO!

-¿Te doy la cola? -dijo una voz masculina a mis espaldas. Por supuesto era Christian.

-JAJA tu si eres gracioso.

-Móntate, prometo no secuestrarte -dijo introduciéndose en su carro.

-Mira mijo, yo no me monto en un carro contigo ni que me parta un rayo -justo en ese momento se escucharon unos truenos y pude sentir como pequeñas gotas de lluvia se deslizaban por mi hombro. Eso Diosito, te la estas comiendo.

-¿Estas segura? -dijo Christian levantando una ceja.

-Ni aunque caiga un diluvio y se me arruine el pelo -de un momento a otro la lluvia se volvió más fuerte, hasta el punto de dejarme completamente empapada. Bravo Eloisa, sigue hablando.

-Mojada, en vestido, sola y a las doce de la noche. Si no te violan te roban.

-¡Esta bien! -dije subiendo al carro- te voy a dar la dirección y quiero que la sigas al pie de la letra, nada de desvíos raros porque soy capáz de empujarte fuera del carro. -él rió. Tomé mi teléfono y marqué un número para hacer una llamada- Hola, quiero reportar un robo de vehículo... - procedí a darle al oficial toda la información y las características de mi automóvil con la esperanza de que pudieran hallar su paradero.

El resto del viaje transcurrió en silencio, Chris me miraba de vez en cuando y yo fingia que no le prestaba atención. Finalmente llegamos al edificio, me baje del carro y le agradecí a Christian por llevarme, caminé hasta la entrada y me dirigí hacía el ascensor, marqué el piso 8 para luego recostarme sobre la pared preguntándome por qué la vida había decidido odiarme de repente. Definitivamente había sido una larga noche y solo quería dormir hasta el día siguiente; entre a mi apartamento y Klaus, mi adorable perro seguía despierto, apenas me quite los tacones comenzó a mordisquearlos, le encanta hacer eso. Coloqué los zapatos fuera de su alcance y empecé a desvestirme, me puse una ropa cómoda para luego hundirme en la cama. Mañana será un nuevo día.

Te Odio, Amor MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora