Capítulo III

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-¿¡Bueno y entonces!?, ¿tú me estás acosando? -dije exasperada. Si las miradas fueran cuchillos, Christian habría muerto de al menos treinta puñaladas en todo el cuerpo.

-Calmate bebé, esta vez no es por ti.

-¿Ya se conocen? -preguntó un confundido Mario.

-Es que definitivamente yo no pego una, pana -comenté en voz alta. María estaba sonriendo nerviosamente, de esas sonrisas que uno hace cuando no entiende absolutamente nada de la situación y no sabe que hacer. Por supuesto, estaba en Inglaterra la burgués esa.- Después te pongo al día.

-¿Y si discuten otro día? Llevamos media hora esperandolos para pedir la comida -dijo Oriana.

-Apoyo a Oriana- dijo Estefania.

-Si a la princesa -dijo Christian mirándome mientras hacía énfasis en la última palabra- no le molesta que me siente.

-Princesa un coño.-dije

-Buenas noches -dijo un mesonero que se acercó a nuestra mesa - me temo que no está permitido hacer tales escándalos, así que tendré que pedirles que se retiren del establecimiento.

-Fabuloso.-dijo Yajaira en un tono sarcástico.

Salimos del restaurante todos quejándonos por el hambre, decidimos ir a otro restaurante y todas las mesas estaban ocupadas, fuimos a otro y nos dijeron que se necesitaba hacer una previa reservación para entrar. Al final tuvimos que comprar unas hamburguesas en la calle del hambre porque estábamos a punto de desmayarnos.

-Pasame la salsa de ajo por fa- dijo Yajaira con la cara llena de mostaza.

-Mejor te paso una servilleta -le contestó Angie en tono de burla.

María y su prometido estaban a un lado dándose de comer el uno al otro

-Pero guardenlo para la luna de miel -les dijo Oriana

-Y hablando de eso ¿Para cuando es la boda?- pregunté.

-Todavía no tenemos fecha, pero quiero que sea lo más pronto posible -dijo Mario.

-Cursis.

-Tienes que darme una fecha para ir preparando la despedida de soltero.-intervino Christian. María abrió los ojos como dos platos y pasó de una sonrisa enorme a una expresión seria.

-Tranquila bebé, no haré nada malo.- dijo Mario con una sonrisa antes de darle un beso en el cachete.

-Además tú tendrás tu despedida de soltera.- dijo Tefa. Ahora era Mario el de la expresión seria.

-¿Y no piensas decirme "tranquilo bebé, no haré nada malo"? -María simplemente sonrió y le dio un beso de la misma forma que él había hecho anteriormente.

Terminamos de comer y me despedí de todos. Me dirigía hacía mi auto cuando noté unos pasos siguiéndome.

-Sabes, lo de hacer las pases sigue en pie -dijo aquella últimamente conocida voz

-Y lo de "no me interesa, me caes mal" también.

-Tu rechazo solo me atrae.

-Bien bello pues, ahora si me lo gané.

-Pero dejando de lado que te ves tremendamente sexy cuando eres odiosa, ¿No crees que deberías hacerlo por María?

-¿A que te refieres?

-Vamos a tener que vernos seguido por lo de la boda.

-¿¡Más!?

-Más. Así que te propongo algo, ¿Qué tal si hacemos una tregua hasta la boda?

-Eso... No suena tan mal.

-Para cuando termine tú ya te habrás enamorado de mi y estaremos planeando nuestra propia boda.

Di media vuelta, entré en mi carro y le cerré la puerta en la cara. Mientras conducía hasta mi apartamento me perdí entre mis pensamientos, en realidad Chris tenía razón; no podía seguir como perro y gato con él si iba a ser el padrino de la boda de mi mejor amiga, y yo la madrina. La idea de una tregua sonaba tentadora. Antes de que me diera cuenta ya estaba en mi apartamento con Klaussy exigiéndome cariño. Tomé el teléfono e hice una llamada.

-¿Aló?
-Acepto.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2015 ⏰

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Te Odio, Amor MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora