Capitulo 5

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Hermione lucía un hermoso vestido que resaltaba su belleza, su padre la llevaba del brazo para entregarla en el altar a quien sería su compañero de toda la vida. A pesar de todo, Harry era uno de los padrinos, así que se encontraba junto a Draco hasta el frente de la iglesia.

—Quita esa cara, Potter—le dijo el rubio mientras sonreía por la entrada de su novia—tal vez hoy encuentres a alguien que te haga olvidar todo.

Harry quiso responder pero el coro comenzó a cantar y todos los invitados se levantaron para ver como Hermione se acercaba a su prometido. Se sentía tan deprimido de ir solo a ese evento, los demás padrinos iban con sus parejas. Incluso Pansy Parkinson, su ex novia y amiga de Draco, entrelazaba los dedos con un hombre moreno que la miraba con ternura. Miró al resto de los invitados y se sorprendió mucho de que hubieran invitado a uno de los clientes, que según recordaba se llamaba Ronald Weaverly o algo por el estilo, en realidad no le importaba mucho.

No pudo evitar sentir el nudo en la garganta cuando su mejor amiga dijo "Sí acepto" y le puso el anillo a su esposo. A pesar de que en un principio se había opuesto a la relación de esos dos porque conocía a Draco Malfoy desde hacía mucho tiempo, estaba seguro de que eran una buena pareja y que mutuamente se hacían muy felices. Tampoco pudo no sentir envidia, él nunca había querido de esa forma y ahora estaba enamorado de una mujer a la que probablemente no volvería a ver nunca en su vida.

La recepción fue muy bonita, no habían estimado en gastos y habían elegido el lugar idóneo para ellos. Era un jardín demasiado amplio con fuentes que emitían colores. Los invitados estaban disfrutando del cóctel de bienvenida mientras él sentado en su mesa se preguntaba qué sería de Ginny.

—Anímate, Harry—le dijo una voz conocida a su espalda.

—Hola, Pansy—sonrió al ver de quien se trataba y la invitó a sentarse.

—¿Sigues sin encontrar tu chica misteriosa?

Harry rodó los ojos

—¿Draco te contó?

—Estaba un poco desesperado—afirmó—lo entiendo, con tantos pensamientos en su mente respecto a la boda y tú metiéndote en líos en España—Harry le dedicó una mirada—tranquilo, yo sólo venía a saludarte, hacía tiempo que no nos veíamos.

—Desde la universidad—recordó Harry.

—Sí, fue bonito—sonrió la morena—y te deseo de todo corazón que encuentres a quien estas buscando.

Se levantó de su asiento y se fue en busca de su novio.

—¡Pansy! —se levantó rápidamente Harry y trató de seguirla

No sabía bien para qué la quería, pero necesitaba seguir platicando con ella, la conocía y sabía que estaba ocultándole algo. Además su relación no había terminado mal, fueron amigos un tiempo después y si dejaron de frecuentarse fue porque las actividades de ambos se lo impidieron.

Sin embargo no pudo alcanzarla pues en medio del jardín, con una copa en la mano, se encontraba una muchacha de cabello rojo, con un vestido verde y unas zapatillas que la hacían ver más altas. Se encontraba con Ronald, hablaban con mucha familiaridad, como si se conocieran de años. Se quedó mirándola unos segundos, hasta que ella se percató de su presencia y volteó.

Nuevamente los ojos verdes se encontraron con los grandes y expresivos ojos cafés pertenecientes a la muchacha que había sido causante de sus insomnios durante poco más de un año.

Ella no tuvo ningún reparo en acercarse a él.

—Ginny Weasley—le estiró la mano pero Harry seguía inmóvil ante ella.

Harry no pudo articular palabra, en lugar soltó una risita de nervios y seguido de esto abrazó a la muchacha.

—No tienes idea cuánto te he buscado—dijo cuando al fin pudo hablar.

Se separó para mirarla a los ojos pero enseguida volvió a envolverla en sus brazos.

—Regresé a tu bar hace poco y...

—Sí—lo interrumpió la pelirroja—leí en las noticias que apedrearon el banco que ahora está ahí.

Harry se sonrojó apenado, no sabía qué hacer, había soñado con ese momento durante mucho tiempo y ahora que la tenía enfrente se quedaba inmóvil y sin palabras. Así que ella lo ayudo un poco, proponiéndole que fueran a dar un paseo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó finalmente el ojiverde.

—Mis hermanos son clientes potenciales de Homes Dreams Corporation—contestó Ginny—inmobiliaria que según sé pertenece a ti y a los recién casados, ¿O me equivoco? —Harry se quedó callado—Ellos vinieron a hacer negocios a Londres y yo me quedé allá mientras terminaba la carrera, ahora trabajo con ellos en lo que encuentro algo que hacer por mí misma.

Harry la miró sorprendido. Y se golpeó mentalmente por no recordar a sus clientes, no eran Weaverly, su apellido era Weasley.

—¿Tú sabías que yo iba a estar aquí? —preguntó Harry,

—Claro, eres amigo de los novios. Además—tomó aire—el novio fue a buscarnos a mis hermanos y a mí para invitarnos a la boda, no tiene mucho, fue después de que regresaron de Ibiza. Primero se aseguró de que yo no estuviera casada o en alguna relación, después fue muy enfático en que no faltara.

Estúpido Malfoy, ¿por qué no le había dicho que ya sabía de quién se trataba? Ahora entendía por qué se burlaba cada que pedía fueran a buscarla. Le cobraría todos los vasos que había roto.

—Entonces ¿No tienes compromiso? —preguntó Harry, ella negó con la cabeza—¿por qué te fuiste esa noche?

Ginny suspiró

—Fue una noche espectacular—sonrió—pero no era real. Tú eras un extranjero y no quería ser la chica boba del pueblo que se enamora de alguien a primera vista. Volverías a tu país, yo seguiría con mi vida y ese 14 de febrero sólo quedaría en nuestras mentes como un sueño.

—¿Y por qué viniste a Londres a buscarme?

La carajada de Ginny resonó por todo el jardín.

—Yo no vine a Londres a buscarte, Harry—respondió—yo vine con mis hermanos. Pero cuando leí que un hombre extranjero había lanzado piedras contra mi ex lugar de trabajo, me quedé pensando en ti y no fue hasta que Malfoy fue a buscarnos que me enteré estabas aquí, me contó que no has dejado de pensar en mi—sonrió y le acarició una mejilla—y aunque pensé que nunca te volvería a ver, supe que el destino estaba conspirando a nuestro favor, porque también te recordaba mucho.

Harry le besó la palma de la mano y segundos después se hincó.

—No, no, no—se apresuró a decir Ginny.

—Tranquila—sonrió el ojiverde—¿Ginny Weasley, te gustaría que nos diéramos la oportunidad de conocernos?

Ginny sonrió y le ayudó a levantarse, cuando lo tuvo a su altura no dudó en besarlo tiernamente para después subir un poco la intensidad.

—Claro que sí—sonrió en medio del beso.

Después del amanecerWhere stories live. Discover now