hater ; Paulo Londra / CANCELADA

cuatro

alma;;

Me levanté y me fui a la biblioteca del colegio, porque se acercaba la hora para juntarme con Paulo.

Habían pasado 10 minutos y él todavía no aparecía. Aproveché para leer un libro nuevo, ya que hacía mucho no leía nada. Siempre me gustaron los libros ya que me despejan de toda mi realidad. Con ellos puedo viajar a otros lugares, ser otras personas y olvidarme de todo lo que me rodea.

Ya estaba por el capítulo 4 cuando noto que alguien se sienta frente mío. Sonrío un poco al ver que era Paulo.

—Hola —dice jadeando—. Perdón por llegar tarde.

—N-no pasa nada —contesto y prosigo a mirar hacia todos lados buscando mi mochila para empezar a trabajar. Habíamos perdido bastante tiempo.

Cierto, la había dejado en el salón.

—Ya vuelvo —comento y me levanto.

Recorro todos los pasillos trotando hasta mi aula. Abro la puerta y hubiera deseado nunca haber ido allá.

Me encuentro con todo el piso lleno de papeles provenientes a mis libros. Mi mochila estaba encima del banco de la profesora y estaba vacía.

Me siento en el piso con desesperación. No sabía como actuar en estos momentos. Miro el pizarrón y veo que tiene algo escrito en letras enormes;

"Gracias por la tarea".

Mis ojos se volvieron aguados y las lágrimas no tardaron en aparecer. No sé por qué siempre tengo que llorar como una idiota, sabiendo que no va a solucionar nada. Pero no entendía la razón de tanto odio hacia mí, qué les había hecho.

Escucho un portazo atrás mío lo que hace que me de vuelta bruscamente. En frente mío se encontraban Martina, Zoe y una chica más.

Sin emitir palabra se acercan a mí y me levantan del suelo. Yo cerré los ojos por inercia, sin dejar de llorar. Aunque el dolor de los tirones de pelo y los golpes fuera insoportable, no era más fuerte que lo que estaba sintiendo por dentro. No quería sentir más esto, quería que todo parara.

El estruendo de mi cabeza chocando contra el piso es lo último que escucho antes de que todo se volviera negro.

Abro los ojos lentamente para luego cerrarlos de nuevo a causa de la luz que tenía enfrente.

Cuando me acostumbro me incorporo y observo que estaba en una sala de hospital. Por un momento pienso que estaba muerta, pero los doctores me sacan de mi nube de exageración.

—¿Como te sentís? —me pregunta un joven muy alto con bata blanca, sin muchas ganas.

Miro hacia todos lados de nuevo y asiento un poco. No entendía qué había pasado y si algo me dolía, no era lo más importante ahora.

—Te golpeaste la cabeza muy fuerte —añade captando mi confusión—, te desmayaste y te trajeron para acá.

Alzo las cejas asombrada, y me atacan nuevamente los pensamientos extremistas.

—No te pasó nada grave —sonríe—, pero necesitás un poco de reposo.

Asiento de nuevo y suspiro. Me acuesto sobre la almohada y empiezo a recordar lo que me había pasado. Siento mi estómago pesado y cierro los ojos tratando de dormir, pero me interrumpe la voz del mismo doctor de antes.

—Alma, tenés visitas.

Me levanto con lentitud, estaba segura de que era mi mamá, porque no tenía nadie del colegio que quisiera visitarme. Al ver que me equivocaba y que era Paulo el que entraba por la puerta un color rojizo inunda mis mejillas.

—Hola —dice bajito, como si no quisiera molestarme

Se sienta en la silla que estaba al lado de la camilla y me mira por un rato.

—¿Cómo llegué acá? —me atrevo a preguntar.

La sonrisa se borra de su rostro cuando se muerde el labio. 

—Fui al aula porque tardabas mucho y te encontré en el piso...

Trago saliva y mis nervios aumentan. No lo creería si me dijeran que alguien me vio desmayada y se preocupó tanto por mí que me llevó al hospital, y que esa persona no fuera mi mamá. 

—Gracias —digo sonriendo por fin.

—Mirá, te traje porque había prueba y no estudié una chota —responde y yo me pongo seria.

Se apura a reír y hago lo mismo. 

Alma, era una joda nomás, no te hagas la cabeza por eso.

No te hagas la cabeza más.

///♡///

no morí, sólo empezó el colegio :/

eu igual posta perdón por irme tanto tiempo, tuve un bloqueo y nada de tiempo, pero ahora vuelvo con todas ahre

los amoo