¹

270 33 6
                                    

Dos individuos —uno con alas blancas, contraídas, y majestuosamente decoradas de plumas, junto a un muchacho de espalda lisa— se encontraban en el margen de la esponjosa nube que se hallaba antes de las puertas al cielo.

—Jungkook— llamó el pelinegro de pequeños ojos y vestimenta blanca— Ven, pequeño— mandó, sin parar de contemplar la vista que le proporcionaba aquella posición; hacia el paisaje de aquel mundo tan hermoso, pero a la vez, tan macabro y pecador.

El joven obedeció y se paró atrás de su mayor— Yoongi sunbae— habló, con un tono ligeramente nervioso, y estando cabizbajo, esperó atentamente una orden.

—Sabes que estás en ascenso al cielo. ¿Cómo te sientes, pequeño?— tomó sus manos por detrás de su espalda, manteniendo una posición firme pero que emanaba tranquilidad ante los ojos del castaño.

El menor no pudo evitar sonreír con entusiasmo y alegría. Al fin formaría parte de aquel paraíso tan conocido por sus seres tan puros y con alas características; y él, tan sólo estaba a un paso de que le abrieran las puertas al cielo— Estoy...muy emocionado, sunbae. Le agradezco mucho por haberme elegido a mí para guiarme.

Yoongi suspiró con pesadez y se dio vuelta tras el paso de algunos segundos. Segundos en los cuales meditaba.

Él no quería afrontar lo que venía.

Se encorvó un poco y lo tomó de los hombros al joven que se había tensado por su forma de actuar— ¿Estás listo para tu última misión?— el menor asintió con un notable nerviosismo, y entonces Yoongi prosiguió— Bien, harás lo siguiente...—de su bolsillo sacó una carta color rojo vivo y se la entregó al castaño, comenzando a explicarle lo que debía hacer, manteniendo su voz lo más suave posible. Pero el joven sólo formo una cara de terror y palideció más con cada palabra que salía de la boca de su sunbae—...Y pase lo que pase, escuches lo que escuches, sientas lo que sientas. NUNCA debes mirar hacia abajo...

─────────────────────┈

[...]

┈─────────────────────

Un terrible escalofrío recorrió de pies a cabeza el cuerpo del castaño.

'No mires hacia abajo, no mires hacia abajo'. Se repetía a sí mismo, recordando las palabras de su mayor.

El joven estaba tentado de desobedecer esas palabras. Él quería saber qué era aquél frío que se le colaba mayormente en sus pantorrillas —pues, el lugar donde pasaba por más frío era en esa zona—. Pero debía permanecer obediente sabiendo que, al estar en el reino de Lucifer, habían más posibilidades de caer.

'Soy un ángel, un ángel obediente...'

Al salir de sus pensamientos, se dio cuenta de lo cerca que se encontraba del trono de Lucifer. Un alivio le recorrió el cuerpo. Ahora faltaba poco para entregarle la dichosa carta y salir de ese lugar tan aterrador.

Al fin faltaba poco para completar su última misión, y cuando volviera con su sunbae, al fin recibiría sus alas y podría ser digno de formar parte del cielo. Aquel lugar que tanto anhelaba.

—Ayúdame— suplicó una voz desconocida bajo sus pies, la sonrisa que estaba antes en su rostro flaqueó— AYUDAME— gritó nuevamente, esta vez, reconociendo al dueño de aquella voz. Todo su cuerpo se paralizó por algunos segundos, un nudo se formó en su garganta y su piel lechosa palideció aún más.

'¿Namjoon Hyung?...'

Dejó salir la respiración que no se había percatado que había retenido. Tomó el valor necesario e intentó ignorar esa voz, comenzando a caminar y sintiendo cómo sus piernas flaqueaban.

El castigo de un Ángel | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora