•|001|•

683 37 10
                                    

Me derrumba recordar el motivo por el que vine a parar hasta aquí, frente a un largo mesón de brillante madera color café varniz con una botella y un diminuto vaso colmado de alcohol como únicos compañeros, aunque realmente creo que mi profunda tristeza no se ahogara en alcohol, el dolor que siento dentro de mi es demasiado  y sufro como nunca había sufrido, todo es por su culpa, su maldita culpa, ¿por qué no pude enamorarme de alguien más?¿por qué?, no, yo me enamoré de él, él y sus encantadores ojos claros como el agua del río más puro y limpio, así de pura e inocente era su mirada y sus cabellos rubios que danzaban cuando el viento soplaba sobre ellos, bailaban como él ama bailar... O como amaba, por que ya no está, por mi culpa él ahora no está y no volverá, él ahora está muerto y ya no volvere a verlo nunca jamás.

Mi mano afirmaba con fuerza el diminuto vaso viendo mi reflejo en el líquido que lo llenaba sin poder llevarme ese vaso a la boca, talvez ya no quiero beber, no puedo, ya ni el alcohol ayuda a borrar, por unos segundos siquiera, la angustia de mi corazón, lo único que quiero es desaparecer, morir para poder estar a su lado otra vez, ver su rostro angelical, sus delgados pero dulces labios, besarlo, abrazarlo y sentir que es mio, que esta conmigo, escucho como unos pasos bajan desde el segundo piso del bar a toda velocidad—¡ven acá niño!¡¿adonde crees que vas?!

—¡¡aléjese de mi!! ¡¡ayuda!! ¡¡ayúdeme señor!!— creo que se refiere a mi, pero no estoy de humor para ser servicial, no ahora.
Esas personas no dejan de hacer ruido y eso me resulta molesto—¡te tengo!

—¡¡HAHAHH!! ¡¡suelteme!! ¡auxilio, porfavor ayudeme señor!

—¡callate y no molestes a los demás!, ¡serás más útil si te quedas callado de una vez!

—¡no! ¡no quiero! ¡¡ayuda!!— esa voz me resulta tan familiar, una familiaridad que necesito, es un deseo, un capricho, volteo deseando ver esos ojos por los que tanto he suplicado a dios y por fin lo veo, todo pareciera congelarse, quedarse en una profunda pausa durante esos cortos segundos en que mis ojos se encontraron con los suyos en el vacio entre nosotros, mi corazón vuelve a palpitar y mi alma revive como mis ganas de seguir de pie y con vida, allí esta, tan cerca, es él, no esta muerto y esta a tan sólo unos centímetros de mi, me levanto de mi lugar y comienzo a pellizcar mi cuerpo para descartar la idea de que me haya quedado dormido y sea un sueño, no lo es, me froto los ojos para confirmar que no lo estoy imaginando y es real, si, es real, esta aquí —¡SOONYOUNG!— grito y corro hacia él para ayudarlo.
Conseguir su seguridad y que ese tipo lo dejara en paz me costo una larga y violenta pelea, pero ya esta bien —Soonyoung— murmuro cuando estábamos sólo los dos, lo abrazo con toda la ternura que me es posible, luego me aparto un poco de él para contemplar su linda carita, sigue tan precioso y tierno como la última vez que lo vi —¿eres tu Soonyoung?— él me mira y asiente —... creo que...si ...Me llamo Kwon  Soonyoung...— sonrío y siento ganas de llorar, pero de emoción, él me mira confundido, ¿por qué me mira así?, no sé que le ocurre, al fin habla —pero...— dice susurrando y siento como un extraño sentimiento recorre mi ser —¿usted quien es?—.











Años atras...




—¡Sí! ¡sí quiero! ¡Sí quiero Seokmin! No sabes como te amo, ¡te amo!— él estaba tan feliz como yo en ese momento, le pedí a Soonyoung que fuera mi todo, mi nada, absolutamente el dueño de mi vida, le pedí que al fin pusiéramos un título a lo nuestro, le pedí que nos casáramos y me dijo que sí, sus ojitos tan pequeños brillaban de alegría y se cristalizaban de emoción, lo levanté en mis brazos para besarlo, en el lugar hay mucha gente pero todos parecen felices con su respuesta, después de todo desde que me puse de rodillas en el suelo nos observan expectantes, estoy loco, demasiado enamorado de él, lo amo más que a nada y nadie en el mundo, incluso más que a mi mismo, cuando sus pies tocan el suelo otra vez tomo su suave manita para para poner en uno de sus delicados dedos de porcelana un brillante anillo de oro que compré para este momento —¡me encanta! Es hermoso— dice contemplando su anillo  —lo amo Seokmin... Aunque no más que a tí— dice coquetamente y suelta una tierna risita mientras sus adorables mejillas se sonrojan ligeramente —no sabes lo feliz que me haces mi vida— ambos reímos, yo también llevo mi anillo, volvemos a sentarnos y tomo su mano mientras observamos el atardecer con una vista bellísima, pues escogí para este día especial, un encantador y elegante restaurant, su favorito, a orillas del mar en donde el atardecer se ve más hermoso que nunca, pero no hay nada más hermoso y perfecto que soonyoung con su angelical carita, esos hermosos ojos y esa ternura única, además de esa preciosa sonrisa que alegra mi vida y roba mi corazón.

AMNESIA [seoksoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora