Capítulo 1

168 6 0
                                    

Salí de la habitación, con mi vestido de quinceañera color esmeralda. Estaba demasiado ampón para poder calzar bien. Me sentía nerviosa, mi corazón latía muy fuerte, era como si fuera a la guerra sin armas. Por fin llegué al punto de encuentro con la multitud, lo malo de esto es que yo me incontraba en la parte superior de las escaleras, resistiendo las miradas de la gente y sus cuchicheos. Bajé lentamente, buscando con la mirada a un familiar que me salvara de las miradas "disimuladas". Cuando estaba en el salón, me empecé a sentirme mareada, una chica a lo lejos empezó a gritar como si no estuvieran golpeando. Las personas ahora la estaban mirando a ella, pero alguien más le quiso seguir al "espectáculo", haciendo que se contagiarán los gritos; la música se paró, ahora lo único que se escuchaba era unos gritos aterrorizantes. Todos sintieron la necesidad de hacerlo, algo los atormentaba. Lo extraño de todo esto es que yo no lo estaba haciendo. A continuación todos empezaron a correr, rápidamente mi moví hacía...

- Grace!- me gritó mi profesor, ocasionando que no terminará mi pesadilla.

- Ah..si?- le dije aún medio dormida.

- No es posible este comportamiento dentro del aula!- me dijo - siempre es lo mismo contigo, siempre te estás durmiendo, no tolerare estas actitudes a la clase, sal y ve por tu reporte!.

Salí molesta por las estúpidas risas de mis compañeros. El maestro Robert era alguien con mirada de pocos amigos, por fortuna existía Amanda, mi prefecta y además de eso, mi mejor amiga, ella era la única que me comprendía y la que me regañaba mejor que mi madre. Llegué a la prefectura que se encontraba al otro extremo de la cancha de fútbol. Como lo era de costumbre me sabía el derecho y al revés todos los rincones de ese cuarto tan pequeño.

- No me lo digas!- gritó antes de poder entrar- te volviste a quedar dormida.

-Me conoces bastante bien- entré a la prefectura.

-Lo malo es que es el número 56- cogió una carpeta amarilla de un cajón- a este paso no te darán la carta de buena conducta- busco mi nombre- y..., Grace Mountrachet, aquí está- lo tome- llénalo. Bueno, si te dejas juntar los reportes no podrás...

- Amanda! Por favor, ya lo sé- contesté agobiada, mientras llenaba el documento.

- Entonces, porque sigues con lo mismo?.

-Ay ya Amanda! Adiós- se lo di- cuídate del aburrimiento.

- Que chistosita- imitó la voz de tonta- ya vete.

Regresé al salón de clases, pidiendo permiso para entrar, cómo lo hacen todas las niñas educadas. Tan pronto como me quedé dormida, dieron el toque para salir al recreo. Rubí era la persona con quién me juntaba. Siempre hablaba de chicos y todas sus experiencias de amor, yo en cambio sólo contestaba cuando ella me lo sugería, era su oyente, no era el tipo de persona con la que qué quería expresar mis ideas y cuando lo hacía, mis palabras se las lleva el viento y me dejaba un hueco de desilución. Quería ir con Amanda, a pesar de sus 26 años, ella era mi persona favorita en este mundo.

-Oye Grace...- por fin me cuestionó.

- Si Rubí?

-Bryan me invitó al baile de despedida, am... Si lo conoces?- dudo.

- Ha... Si..claro- me quedé buscando en mi lista mental de personas poco importantes en mi vida- creo que si, no es aquel...

- Bien! No importa, crees que es bueno ir con él? , sabes a Richard le encantaría ir contigo, él me lo dijo, hay Grace por favor ve con él, se lo prometí, además es amigo de Bryan, no puedo quedar mal con ellos- me insistió.

-Ya, ya- la detuve- lo haré pero primero lo conoceré, de acuerdo?

- Ok, hay gracias, gracias Grace- me abrazo como una niña cuando le dan el sí para cumplir su capricho.

El amuleto EcargDonde viven las historias. Descúbrelo ahora