El día de la noticia

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Los dos estaban en la cama, Ranpo apoyaba su espalda en la cabecera jugando con los rizos castaños de su pareja que llevaba tiempo recostado a su lado abrazandole por la cintura, el ojo visible entre el cabello ahora se encuentra cerrado como señal del disfrute de las caricias otorgadas desde hace varios minutos.

—Gracias.

El azabache siente reforzarse el abrazo en el que el mayor se había aferrado, aunque esa palabra se había repetido varias veces en la última hora todavía se le acelera el corazón y siente el revoloteo en el estómago cada que la escucha.

No sabe qué decir, tampoco sabe que hacer...porque está tan emocionado como Poe.

Aún era medio día, la razón por la que Ranpo estuviera en casa a esa hora y en mitad de semana era porque el presidente lo había enviado a revisión con Yosano y esta a su vez le sugirió volver a casa.

Desde el principio rechazó el estar enfermo como Yukichi suponía y sí, había pasado algunos días con un extraño dolor de estómago que realmente no consideró gran cosa ya que sólo había sido un malestar pasajero que no le impedía laborar. También estuvo sin apetito desde la noche anterior pues el olor de sus acostumbrados alimentos dulces de repente le parecieron un tanto empalagosos pero no relacionó nunca una cosa con la otra.
Sin embargo esa mañana cuando entró a la oficina de su jefe para entregar un informe atrasado y apenas percibir el aroma de los ohashis colocados sobre aquel escritorio el estómago se revolvió con desagrado y tuvo que apresurarse al baño adjunto al despacho devolviendo ahí lo poco que había logrado desayunar. Fue entonces cuando Fukuzawa se negó a más excusas y desidia por parte de su subordinado ordenandole cruzar la sala común para al fin ser diagnosticado por la doctora de la agencia.

Una no muy buena idea, por cierto.

Porque una vez le explicó lo que le había estado sucediendo últimamente su amiga comenzó con preguntas raras que le hicieron moverse incómodo en su lugar.

Y es que...¿Qué tenía que ver su actividad sexual con sus malestares recientes?

Nada, por supuesto...No tenía nada que...

Espera...

Oh.

Cuando Ranpo terminó de entender el punto al que Akiko quería llegar aquel rubor derivado de la incomodidad se perdió dejándole en el rostro un tono pálido a la vez que se erguía tenso en su asiento.

Después de asimilar aquella posibilidad y tras las pruebas pertinentes el diagnóstico fue corroborado.

—¿Todo está bien?—Yosano se acercó e inclinó delante del detective tomando las manos que golpeaban nerviosamente sobre las rodillas.

Aunque al principio la reacción a la noticia no fue notoria, sentir de alguna manera el apoyo de su compañera de trabajo y gran amiga calmó un poco los nervios así como el revuelo de pensamientos que era su mente en esos instantes.

—Estoy bien, claro.—Su voz calmada sigue al regreso de su actitud habitual.—Asi que Yosano-san...¿Esto podría quedar entre nosotros por el momento? Me refiero a...

—Ya veré que le digo al presidente mientras tanto.—Sonríe dejando de lado su preocupación inicial.—Pero quiero que tú y Poe vengan a hablar conmigo lo más pronto posible, hay cosas que debo tratar con ambos. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

Edogawa abandona el consultorio junto con la doctora y esta le pide a Kunikida llevar al detective a casa, lo habría hecho ella misma pero Fukuzawa ya esperaba fuera una explicación sobre los malestares de su subordinado.

Caramelo De MentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora