Lo cotidiano viene y va

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—Edgar...Hey, Edgar.

La voz suave aparece en medio de su sueño pero apenas y reacciona, los zarandeos consecutivos que acompañan su nombre tampoco hacen mucho efecto a pesar de la insistencia.
No es hasta que de repente se siente asfixiado cuando se levanta de golpe, alarmado y llevándose una mano a la nariz que aún mantenía la sensación de presión otorgada segundos antes por el detective.

—No me asustes así.—Le regaña en un susurro recibiendo el puchero de su esposo.

—Hazme caso entonces.

—¿Qué pasa?-Cuestiona mostrándose un poco preocupado.—¿Tienes alguna molestia? Si es así...

—Quiero helado.

—¿Eh?—Descolocado sólo atina a dar un vistazo al reloj digital del buró.—Ranpo...son las dos de la mañana.

—Pero quiero helado.—Insiste incorporandose también.—Desperté hace diez minutos y lo primero que pensé fue eso, no podemos ignorar las necesidades de nuestro bebé.

Poe pasa una mano por la cara intentando borrar los rastros de sueño aunque en esos momentos sólo quisiera volver a dormir.

—¿Y qué es esta vez? No puedo darte más de chocomenta, recuerda que Yosano dijo...

—No es eso.—Niega sin dejarle acabar.—Parece que en esta ocasión quiere menta con vainilla.

—¿A qué viene esa fijación con la menta?—Se pregunta curioso.

El menor se alza de hombros con una sonrisa inocente haciendo a Edgar suspirar rendido antes de levantarse de la cama para una busqueda rápida en la cocina.

Minutos después Edogawa recibía entre sus manos el tazón con tres bolas de helado, miró ilusionado esa combinación de colores suaves comenzando a comer recibiendo poco después un beso en la mejilla cuando su esposo volvió a recostarse a su lado.

—¿Es todo lo que necesitas?

—Ajá.—Le dice de forma simple antes de llevarse otra cucharada de ese postre a la boca.—Ah, Edgar.

—¿Sí?—Responde mientras apoyaba la espalda en la cabecera para acompañar al menor hasta que terminara.

—En la agencia me estuvieron preguntando si hemos pensado en algún nombre.

—¿No es todavía pronto? Aún no sabemos su sexo.

—Oh, también hablaron sobre eso.—Recuerda, hablando con la cuchara en la boca.—Parece que esos temas los tienen entusiasmados, hasta están haciendo apuestas sobre ello.

—¿En serio? Déjame adivinar... Dazai inició todo ¿no?

—Sí, van desde si tendrá un nombre extranjero o japonés hasta si será niña o niño. ¡Deberías haber escuchado las sugerencias de Kunikida y Yukichi!

—¿E-Ellos también están en eso?—Reacciona un tanto sobresaltado por el hecho inusual.—¿Y tú que piensas?

—No tengo alguna preferencia.—Comenta antes de apoyarse contra su pareja.—Ninguno es mejor que otro. ¿Qué hay de ti?

—Eh...

—Ni se te ocurra mentirme.—Advierte en medio de una risita.—Ya sé que tienes una opción preferida.

—Aún si la tengo no cambia el hecho de que voy a amarle así sea niño o niña. Le adoro desde que supe de su existencia.

—Me encantará poder contarle cuanto lloraste ese día.

—Ranpo-kun...—Se queja avergonzado.

El menor ríe antes de llevarse una cucharada más del helado a la boca asustando un poco a su esposo cuando le escucha alargar un quejido a la vez que se encoge en su sitio.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2023 ⏰

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