Estoy muerta de sueño, he pasado toda la mañana editando y retocando las fotos de la boda de ayer, las tengo que tener listas para el próximo miércoles, aún teniendo un margen, prefiero acabarlo y así tener después tiempo para prepararme las siguientes clases de la universidad, aunque para que mentir, al final seguro acabo viendo alguna serie con el ordenador. Mi estomago ruge recordándome que no he comido nada des de que me he levantado, yo y mis horarios alimenticios. Al principio seguía al pie de la letra el horario que me había impuesto, pero no duró ni una semana, ahora solo como cuando me acuerdo o mejor dicho cuando mi cuerpo me lo recuerda, y ahora es uno de esos momentos.
Dejo la computadora, cojo una sudadera y unas bambas y me dirijo a mi motocicleta para salir a comprar alguna cosa al supermercado ya que mi nevera esta completamente vacía. Con lo poco que ahorro gracias a la fotografía debo comprar solamente lo necesario, y eso implica tener la nevera siempre vacía.
Con el estrés de la universidad y lo poco que llego a comer por mi estomago cerrado he perdido una gran cantidad de peso, sin embargo debo decir que también he añadido el deporte, ya que al dejar el baloncesto durante la secundaria seguí comiendo como si no hubiera mañana y por ello engordé. Después al empezar la universidad, con el estrés y el deporte volví a perder peso.
Llego al primer supermercado más próximo a mi apartamento, dejo la motocicleta aparcada delante de este y me dirijo a la sección de verduras, siempre acabo cogiendo lo mismo, llamarme rara, pero amo la ensalada, esta catalogada sin duda cómo mi comida preferida.
Después de comprar lo necesario sin pasarme del presupuesto más o menos acordado para las comidas me dirijo a mi motocicleta. Antes de llegar a ella topo con alguien haciéndome caer y tirar la bolsa de comida por el suelo. De la caída me he raspo las rodillas, joder la herida escuece como el demonio. Me levanto con dolor y busco el culpable de mi caída, aunque de él no queda ni rastro, el muy canalla ha desaparecido dejando una botella de refresco de color azul.
La recojo y decido quedármela, parece un nuevo producto, la golpiza dolió, pero valió la pena, conseguí una bebía extraña y encima gratis.
Escucho la alarma y doy salto cayéndome del sofá, no recuerdo como he acabado durmiéndome si estaba viendo una de mis películas preferidas de Marvel. Me ducho corriendo, dentro de poco tengo que estar en el dichoso evento que se celebra en uno de los grandes rascacielos de Nueva York donde acudirán grandes celebridades y mi querida empresa donde trabajo no se le ha ocurrido mejor idea que enviarme mí para sacar algunas fotografías.
Cojo el bolso y vuelvo a ver mi reflejo, gracias a dios que tenia un mono largo negro, podré tapar las raspaduras de mis rodillas. Miro la hora y ahogo un grito al ver que se me hace tarde, salgo dispara como un torbellino y pido un taxi indicándole la dirección. Próxima parada; el evento de los horrores.
Esto parece la exposición de palos rellenos con grandes bolas de silicona que se hace pasar por "pechos" i "culos" enfundados en unos vestidos que no se por donde dejan respirar a las clones de mujeres. Cada una con esos tacones de vértigo y esa cara cargada con un kilo de maquillaje que ni uno de los millones poros de su rostro puede transpirar. Lo único que vale la pena de todas esas ingratas y falsas Barbies son sus acompañantes, adonis griegos, rusos, ingleses, italianos... Con esos trajes ajustados a sus cuerpos esculpidos remarcando cada anatomía de su cuerpo que hace desear a más de una tenerlo en su cama, aunque solo sea una bendita noche.
A cada una se le puede leer en la frente en letras mayúscula OPERADA, la verdad su cuerpo es envidiable pero solo pensar que es falso me rio interiormente al imaginármelas cuando estas sean más viejas y les cuelgue todo. ¿Y se supone que yo he venido aquí a desperdiciar mi talento fotográfico en ellas? que dios me perdone, pero este es una broma de muy mal gusto. Mi yo interior está que se lo comen de los nervios << Layna piensa en el dinero, todo esto lo haces por el dinero>> Si suena muy triste, pero es la verdad, me gusta hacer este trabajo, pero esto es el colmo, yo no estudie fotografía para acabar aquí tomando fotos de todas estas doñas siliconas.
-¡Por allí tenemos el numero quince, morena de madera de pino con silicona de arabia enfundada en un vestido de Chanel, y con maquillaje que se yo...empezamos la subasta, por favor empiecen a pujar por ella!- Samanta empieza con sus bromas, aunque no la culpo, ciertamente seria más divertido si se tratara de una subasta, francamente seria más entretenido, y de seguro que una que otra se arrancarían las extensiones para ganar el podio a la más operada.
Samanta es una de mis mejores amigas en el trabajado, está igual o peor de loca que yo, por suerte del destino nos enviaron juntas a este evento y con ello esto se esta haciendo menos pesado.
Ya cansada de aguantar derecha me dirijo a la barra de la comida para coger un canapé cuando una mano me toca la espalda. Me giro y me encuentro una pareja, una chica rubia de ojos azules enfundada en un vestido largo y rojo, esta va cogida del brazo de un hombre que no me fijo sinceramente de su cara. La chica rubia de bote me pide con su voz de pito que les haga algunas fotos juntos en la alfombra roja que hay en la entrada. La miro amargada <<¿con toda la gente que hay en la sala tenia que ser yo?>>
Cojo la cámara a regañadientes que me cuelga del cuello y me dirijo al sitio. Tomo algunas fotos, la chica más insoportable no puede ser que me pide que le enseñe como han quedado y con todo el morro me pide que haga otras más ya que no he cogido el perfil bueno de su cara. Me la quedo mirando con cara de expectación <<¿me estas tomando el pelo no?>>
-Por lo mínimo si haces algo hazlo bien! - Me dice la rubia engreída poniendo los ojos en blanco.
- Disculpa, pero aquí quien hace las fotos soy yo, tengo una carrera en esto, así que tu solamente ocúpate de que la silicona siga en su sitio y que ninguna extensión se te caiga- me mira con cara de no creerse lo que le he dicho, abre la boca para protestar, pero me doy la vuelta antes de darle el gusto de decirme alguna que otra estupidez.
Doña silicona 0 Layna 1.
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Corazón de Vapor
RomanceLa vida puede dar mil vueltas, un día puedes ganar la lotería, casarte, tener hijos, perder el trabajo, cortar con tu pareja, tener el peor día de tu vida... eso sería el pan de cada día que digamos, pero en la vida de Layna cualquier cosa es posibl...