Capítulo 3

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Hola perlitas mías, aquí os traigo otro capítulo nuevo de Corazón de Vapor, espero que lo disfrutéis en grande. Me sería de gran ayuda cualquier comentario a favor o en contra de la historia. Todo escritor quiere el apoyo y la opinión de sus lectores.

Bueno sin más rodeos aquí tenéis mi queridísimo capitulo.

Buen provecho ;)



La celebración transcurría muy lentamente, llevaba dos o tres copas de más ya no era consciente de la realidad que me rodea. Samanta por su lado creo que iba peor que yo, los invitados nos miraban con caras de desaprobación, aunque dadas ya las circunstancias ya me daba igual de lo que pudiesen pensar, aunque quisiera nunca estaría según ellos "a su altura", y la verdad estaba orgullosa de ello, no podría soportar vivir con su ego y creándome un pedestal que ni siquiera existía.

Era feliz con mi mundo caótico aún que me cagaba con todos los dioses de la mitología griega o de todas las religiones que pudiesen existir, era perfectamente imperfecta y a quien no le gustase... que le follase un panda. Eso mismo le dije a mi ultima relación, aún recordaba ese italiano como me dejó porque según el estaba loca perdida. La verdad des de ese momento que les tengo un increíble odio a los italianos, lo único que agradezco de todo eso es poder entender un pelín el idioma, estuve cursando algunas clases en una academia por él, ¿y para qué?, para que me pusiera los cuernos con una cubana.

Volvía contenta hacia mi compañera cargada con dos surtidos de chupitos de la barra que tuve que estar esperando pensando que ya me había desintegrado, el maldito camarero estuvo comiéndose con los ojos a un palo con tetas, incluso creo que babeaba, y por no decir sus ojos, estaban fuera de órbita y creo que en todo el momento no parpadeó ni un segundo. Hasta que no le tiré un pañuelo en toda la cara que lo hizo reaccionar no hubiera salido de allí con mi objetivo, el método puede que fue un poco brusco, pero surgió el efecto esperado.

Maldije a todos los demonios cuando un tipo se me cruzó haciendo que ambos nos empapásemos de aquel alcohol dejándome el mono pegado a mi cuerpo que no serbia de nada intentar airear el líquido.

-¡Media vida esperando en la barra para que un pinche se cruce en mi camino! - gemí siendo consciente de que no me entendería puesto que no creía que nadie de esa celebración entendiera medio español medio mexicano. -¡No mames!-exclamé soltando toda la ira que llevaba acumulada esa noche.

-Disculpé no la vi, apareció de la nada-escuché y me quedé patidifusa, no podía ser, el karma realmente me la tenia jurada, era italiano, ¡El maldito inepto era ITALIANO!

En ese momento agradecí haber aprendido algunos que otros insultos en ese idioma, me iba a oír ese desgraciado, me iba a cagar en toda su familia y futura generación, el muy pinche baboso se iba a enterar con quien se había metido. Iba a cantarle las cuarenta cuando me encontré con esos ojos azules del tío más guapo que había visto en esta galaxia. El muy huevón estaba como un queso. ¡La madre que parió al cordero y a este ser! Visto así... ¿qué le iba a contar yo a ese adonis italiano?

No se cuando tiempo me quedé observando a esos ojos, aunque por otra parte él tampoco dejó de mirarme. Sentí que el tiempo se había detenido, incluso creo que se me olvido de respirar porque cuando un amigo suyo interrumpió nuestro contacto sentí que me estaba ahogando.

-Klaus te estaba buscando tío, los otros están en la pista de baile-me quedé mirándole esperando a que dijera algo.

-Justo acabo de llegar-escuché que contestó el sin aparatar su mirada de mi.

-¿Esta ella contigo?- Preguntó con una media sonrisa, la verdad también era guapo pero nada comparado con el italiano que tenia enfrente.

-No, solo que tu querido amigo me ha tirado la bebida encima y me tendrá que pagar un nuevo mono, porque este ya valió madres, está echo un asco- contesté yo dándoles a entender que los entendía perfectamente.

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