Capítulo 5

18 0 0
                                    

Hola perlitas mías, siento la demora, pero el verano ha sido contundente y no he tenido mucho tiempo para escribir la verdad. Ahora rezo todo ser viviente poder seguir con esta historia y poder publicar mínimo un capitulo por semana, aunque no prometo nada. 

Espero que vuestras vacaciones hayan sido magníficas, si deseáis podéis dejar un comentario de donde habéis ido o qué habéis hecho, me encantaría conocer vuestras experiencias. En fin, sin más interrupciones os dejo aquí el nuevo capítulo, que aproveche ;).


Me desperté entre las sábanas de una cama de matrimonio en una grande habitación a oscuras. No sabia en que momento había acabado allí, solamente recordaba que había caído en los brazos de Morfeo tras jugar con los niños en la fiesta.

Intenté palpar algún interruptor para dar a la luz, aunque mi intento fue fruto del fracaso acabando de bruces contra el suelo. <<!Joder!, ¿es que nada me puede salir bien?>> me sobé la cara de la leche que escasos segundos había sufrido. Al tocármela noté que aún permanecía en ese cuerpo pequeño <<y yo que pensaba que solo se trataba de una pesadilla...>> No sabía donde narices me encontraba, ni como leches había acabado en esa maldita habitación a oscuras donde no podía distinguir nada.

Estaba tan concertada intentando recordar alguna cosa que me diera una explicación razonable de cómo acabé allí que no me percaté del sonido de pasos acercándose.

Intenté esconderme pero fue demasiado tarde, la puerta se abrió de golpe dándome un susto de muerte, aunque me recompuse rápidamente al percatarme del hombre que se encontraba en el marco de la puerta.

-¿Ya estas despierta?- me preguntó prendiendo la luz. Me quedé sin aire al percatarme del torso descubierto <<¡Virgen de los abdominales, creo que mojé las bragas!>> Ese cuerpo solo pudo haber sido obra de los mismísimos dioses.

No supe que decirle, estaba tan ensimismada en sus abdominales y sus marcados bíceps que olvidé qué me había preguntado.

Abrí la boca y la volvía cerrar, parecía un estúpido pez buscando el aire, aunque para que mentir me había quedado sin aire ni aliento. Y pensar que me había acostado con ese mismísimo hombre y no podía recordar ni la más mísera cosa. << Soy una estúpida, ¿aunque y si al final no ocurrió nada?>> Pero las marcas de mi cuerpo parecían decir todo lo contrario, aunque si nos parábamos a pensar, ¿que había visto en mí? Era una enana de jardín, morena sin ningún atractivo físico, sin contar mis ojos claros.

Durante mi vida nadie me había dado algún atizo de esperanza en mostrar un mínimo interés en mí, y creo que nada había cambiado, solamente que ese adonis italiano había bebido tanto aquella noche que seguramente ya no sabía ni distinguir lo bonito de lo feo y al final pasó lo que pasó, o lo que creía que había pasado.

Al ver que no decía nada, se acercó lentamente sin apartar la mirada, se sentó en el borde de la cama y me dirigió una media sonrisa dándome a entender que no debía temer nada, aunque la verdad no se si el sentimiento que estaba sufriendo era exactamente miedo al tener ese hombre delante con todo el torso desnudo...

-Soy Klaus, no se si te acuerdas de mí pero nos vimos en la fiesta de Madison- hablaba con un tono relajado mientras me inspeccionaba con esa mirada que más de una habría caído. -Te he traído a mi apartamento porque tus padres no han aparecido al final de la fiesta, y como no sabíamos nada de ti y no queríamos dejarte allí me ha tocado cuidarte-

¡Auch! eso ultimo dolió, al parecer era una carga para él. Pues lo tenía claro, todas las esperanzas que tenía de gustarle se fueron al bendito carajo. Suspiré derrotada, ahora tan solo debía pensar como volvería a casa y sobretodo como volver a mi cuerpo original.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 23, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Corazón de VaporDonde viven las historias. Descúbrelo ahora