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Hijo de Dionisio Styles y Heidi Demoore III, reyes de Inglaterra de finales del siglo XX
Comprometido con la bellísima Verona De Gales, princesa del norte.
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Ambos enamorados, y próximos a casarse.
8pm en el gran salón, celebrando el compromiso de los principes, todos muy felices, la familia de Verona fue invitada, por supuesto. Estaban muu felices de que su hija se fuera a casar con el joven Styles, sabían que su riqueza los haría más prosperos aún, Louis Tomlinson asistió a la celebración, tarde como siempre. El primo de la bellísima Verona. Nadie entendía cómo Louis tenía 28 años y aún no estaba casado, era atractivo, exitoso y divertido.
Harry sintió celos al ver cómo Verona pasó el resto de la noche hablando más con Louis que con él. Se sentía humillado delante de su familia, no le caía nada bien Louis. Tenía una mirada muy intensa, como si ocultara o supiera algo.
"Bien, creo que es hora de que vaya a descansar" Dijo el ojiverde dando la cena por terminada.
"Sí, gracias a todos por acompañarnos y celebrar nuestro compromiso" Verona dijo muy cortés tomando a Harry de la mano.
Todos se despedían y hablaban sobre lo maravillosa que sería la boda, de lo hermosos que serían sus nietos.
Louis estaba serio, se acercó a su prima para darle un beso en la mejilla y un fuerte abrazo. Harry lo miró mal, Louis fue hasta a él para estrechar su mano, Harry se sintió intimidado, a pesar de que el hombre era un poco más bajo que él.
Harry sintió algo extraño pasar de la mano de Louis hasta la suya, Louis le sonrió un poco, se volteó y se fue.
Harry confundido observa que Louis ha dejado un papel en blanco, no entiende al principio, pero decide no decirselo a su prometida, guarda el papel, toma la mano de su chica y se dirige a la recamara para dejarla a ella dormir.
"De verdad quiero que te quedes conmigo esta noche" La joven muerde sus labios acercandose a su prometido "Ya estamos comprometidos" Besa un poco el cuello de Harry y dirige una de las manos de él hasta uno de sus senos.
"Sabes que no podemos" Responde el ojiverde seguro "El día de nuestra boda pasará, y será perfecto"
"Harry no quiero que sea perfecto, sólo quiero que sea contigo, te necesito" Ella lo besa, dirigiendo una de sus manos hasta su miembro, acariciandolo.
Harry se aleja un poco sonrojado, niega, la besa en la frente y se retira.
En realidad Harry podía acostarse con ella, no era el príncipe perfecto ni el más moral. Pero algo le aterraba, y eso era el sexo. No tanto el sexo sino que a pesar de que Veróna era la chica más hermosa del planeta, y la amaba mucho. Nunca lograba imaginarla mientras se masturbaba, ni siquiera cuando ella lo besaba o tocaba se empalmaba. Le daba tanto temor que evitó hacerlo, hasta que su familia insistió que era hora de casarse, y él aceptó.
No se creía capaz de comer un coño, no se creía capaz de ser bueno en la cama. Porque no lograba una maldita erección. Siempre tenía erecciones en las mañanas, a veces se tocaba pero en medio de sus pensamientos siempre aparecía él siendo ahogado por un hermoso pene. Follando un apretado culo. Y cuando eso pasaba intentaba pensar en cualquier mujer, en su prometida, en lo que fuera. Y terminaba con un pene flacido y dolor de bolas.
Harry trataba de negarse a sí mismo que tal vez era un poco gay. Pero no lo sabía, nunca había tenido alguna experiencia sexual.
Tenía 22 y era virgen completamente. Siempre tenía mujeres a su mereced, pero simplemente nunca ocurrió.
Llegó hasta su habitación, se desnudó hasta quedar sólo en boxers. Sacó del cajón un paquete de cigarrillos que guardaba, encendiendo uno y fumandolo en su balcón. Sabía que a esa hora nadie lo vería, se sentía tan frustrado de llevar una vida aparentemente perfecta. Tenía tatuajes en todo su pecho, sólo que nadie de su familia lo sabía, como dije antes, Harry no era el típico principe moralista. Tenía gustos mundanos. Le gustaba llevar su cabello despeinado, fumar cigarrillos, escuchar rock y no música clásica, todo eso cuando estaba solo, era su zona de confort.
¿Cómo haría todas esas cosas estando casado? Verona era decente y suave, bastante ordenada, sí apreciaba el teatro, obras de arte y toda esa mierda británica.
Harry la amaba porque... Se supone que tenía que amarla. Pero era normal no sentir nada al besar a alguien? Entonces buscó en su saco la nota que le había dado Louis, aquella nota en blanco, que ahora sí decía algo.
"12am, hotel Venus, habitación 1"
Se sintió tan confundido, intrigado, asustado, con mil teorías en su cabeza.
No conocía a Louis, para qué querría verlo en ese sitio, y... ¿por qué había visto la nota en blanco antes y ahora no?
