Almohadas y SooYoung 🌙 ChanJoy • [찬조이]

🌙 • g o o d n i g h t

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Las cosas habían tomado un giro inesperadamente... diferente.

SooYoung soltó un largo suspiro bajo el cuerpo de ChanYeol, quien bajaba por su cuello dejando pequeños y húmedos besos.

La respiración del alto era pesada, como si se estuviese conteniendo.

— SooYoung. — Llamó. Sus ojos se encontraron en la penumbra y aun con la débil luz de velador podía distinguir el cabello recientemente teñido en rojo de ChanYeol, como el de ella. — Lo siento.

Su voz salió raposa y baja, aquello puso en alerta todos sus sentidos.

— Ya te disculpaste lo suficiente. — Le recordó, su voz salió más suave de lo normal pero junto a él era inevitable, realmente amaba mucho cuando tenían momentos como éstos y le dejaba un sabor amargo en la boca del estómago pensar en ChanYeol sintiéndose como un idiota, porque lo conocía y sabía que era una persona de oro, sólo que como cualquier otro ser humano, podía comenter errores. —  No te sientas mal.

ChanYeol le dio una pequeña sonrisa que ella devolvió el doble de grande, quería hacer desaparecer cualquier culpa estúpida de su novio. Acunó su masculino rostro entre sus manos y lo besó profundamente.

Cuando se abrazaron bajo el edredón y SooYoung apoyó medio cuerpo desnudo sobre el torso de ChanYeol ambos se miraron en silencio.

— Ahora que te miro bien, pareces una sirena con el pelo rojo. — Comentó ChanYeol, acomodando un mechón rojo tras la oreja de su novia.

SooYoung le sonrío.

— Tú pareces un fósforo. — Bromeó.

— Por supuesto. — Concordó ChanYeol. — Porque soy ardiente.

La risa de ambos llenó cada esquina de la habitación de SooYoung. Se miraron en silencio.

— Gracias por tener una pijamada conmigo. — Murmuró SooYoung, un poco avergonzada. — Sé que esto no es tu estilo.

— Me divertí mucho. — Confesó ChanYeol, acariciando la espalda de su novia bajo el edredón. — No me refiero sólo a lo de hace un momento, me gustó mucho pasar tiempo contigo y hacer cosas que te gustan. La próxima vez vamos a planear algo más elaborado y quedémonos toda la noche despiertos. — Propuso con genuino entusiasmo.

— Podríamos tener una pelea de almohadas. — Sonaba entusiasmada contraste al bostezo que soltó seguidamente. — Y podríamos hacer bromas telefónicas.

— También karaoke. — Sonrió ante la idea de ambos cantando Bohemian Rhapsody a todo pulmón. — Y juguemos uno.

Hablaron de trivialidades y promesas hasta que sus párpados no pudieron soportar sus propios pesos y cayeron dormidos.

Prometía ser la primera de muchas pijamadas.

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Lo hubiese terminado ayer si tenía internet. Gracias por leer esta pequeña cosa rara. UwU💕