Capítulo 3. Nueva identidad

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Ambos se encontraban frente a la que sería la nueva habitación de Harlequin. Meliodas se colocó frente a la puerta, sacó una llave de su bolsillo y se aproximó a abrirla.

-Adelante, pasa.- dijo mientras hacía una seña con su mano izquierda para que Harlequin entrara.

Harlequin avanzó hacía la habitación, al entrar observó con detenimiento todo lo que había allí dentro. A su  izquierda pudo ver una cama perfectamente tendida con sabanas blancas y a su lado un pequeño buró de madera con 2 cajones. A su derecha se encontraba un ropero alto de 2 puertas y en la esquina un espejo de cuerpo entero. Todo se encontraba limpio y bien acomodado. Frente a él había una ventana, a la que Harlequin se aproximo para admirar la vista. Desde ahí se podía admirar una parte del castillo y gran parte de la ciudad. El viento soplaba con una brisa cálida que acariciaba el rostro de Harlequin y le hacía pensar en la época en la que vivía en el bosque del rey hada, donde todo estaba rodeado de naturaleza y el aire era fresco y lleno de aromas dulces y de flores. No podía evitar sentir nostalgia al notar que ahora su vida era muy diferente a lo que solía ser. Ahora viviría entre 4 paredes y protegería a aquellos de los que antes se tenía que proteger.

 Ahora viviría entre 4 paredes y protegería a aquellos de los que antes se tenía que proteger

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-No es mucho, pero espero que estés cómodo.- dijo Meliodas mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta. -¿Y bien?- dijo mientras se recargaba en una de las paredes, cruzó los brazos y se decidió a ser directo y preguntar. -¿Qué es lo que querías pedirme, Harlequin?

Harlequin volteo la mirada hacia el capitán. Su mirada refleja algo temor pero al mismo tiempo seguridad. Había tomado una decisión, más no sabía si era la correcta, pero aún así decidió llevarla a cabo.

-Capitán, me gustaría mantener mi verdadera identidad como un secreto.- dijo Harlequin con un tono serio y decido.

Meliodas se sorprendió con su petición. No podía imaginarse por qué Harlequin no quería que supieran quien era en realidad, solo una razón se le vino a la mente.

-Nadie te juzgará aquí si eso es a lo que le temes.- dijo Meliodas tratando de dejar tranquilo a Harlequin.

-No es eso. Tengo razones personales para querer ocultar quien soy. Por el momento no puedo decirte cuales, tal vez después lo haga. No es nada malo si eso te preocupa, es solo que...

-De acuerdo.- Interrumpió Meliodas al notar que la voz de Harlequin comenzaba a tomar un tono de tristeza. -No revelaré tu verdadera identidad a los demás. Lo mantendré como un secreto.- dijo guiñando un ojo.

-¡Gracias capitán!- exclamó Harlequin con una sonrisa.

-Pero ahora...necesitaremos un nombre falso para ti.- dijo Meliodas llevando una mano a su barbilla mientras se tomaba el codo con la otra. -¿Qué te parece...?¡Persival!

-No lo sé capitán. Suena extraño. No creo poder recordarlo.- dijo Harlequin haciendo un gesto de desagrado.

-¿Morgana?

-¿Ese no es un nombre de mujer?

-mmm...¡Lo tengo!- exclamó Meliodas convencido de que el siguiente nombre que mencionaría sería del total agrado de Harlequin. -¡King!

-King...- murmuró Harlequin visualizándose con ese nombre.

-Es corto y fácil de aprender, además, te será sencillo adaptarte a él. Después de todo eres un rey.

A Harlequin parecía gustarle esa idea. 

-King...- murmuró una vez más -¡Me gusta ese nombre!- dijo con una gran sonrisa en su rostro. 

-Bien, entonces King será. - Afirmo Meliodas. -¿Y qué harás con tu apariencia? Puede que nadie te reconozca, no creo que alguien sepa como luce el rey de las hadas, pero también puede que yo este equivocado o que alguno de los guardias que te trajeron aquí te delate.

-No hay problema con eso. Ya lo tengo pensado.- dijo King -Las hadas podemos cambiar de forma, aunque se necesita una gran cantidad de magia para eso, pero creo que puedo manejarlo.

-¡Excelente!- exclamó Meliodas -Aunque debo advertirte que el Rey y Merlín están conscientes de quien eres, pero descuida. Hablaré con ellos para que mantengan el secreto.

-¡Gracias de nuevo capitán!- dijo King mientras se inclinaba para agradecer a Meliodas. -Descuida. Nos veremos entonces en 2 horas para presentarte a Ban y Diane. No llegues tarde, King.- Meliodas guiño un ojo y salió de la habitación ondeando su mano como despedida.

-¡Ahi estaré!- dijo King un tanto nervioso al escuchar que tenia 2 horas para preparase antes de ver a su amada.

En cuanto Meliodas se fue, King bajo la mirada mientras pensaba si todo eso sería necesario, y si podría mantenerse en su papel de ser alguien más. Pero sabía que no habría marcha atrás, y se preparó para mostrarse ante Diane una vez más, pero ahora, con su nueva identidad...

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