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Lo siguiente que descubrí fue que él tenía la misma edad que yo y era estudiante universitario, y lo que estaba estudiando era licenciatura en Idiomas en una escuela privada.

Mi mamá le pidió que rellenara un formulario, noté que le temblaba la mano mientras lo rellenaba, tenía los dedos muy delgados, se veían frágiles, sus uñas estaban todas mordisqueadas, hasta parecían tener sangre, también tenía unas grandes ojeras, una apariencia ligeramente más desgastada que la de mis sueños, cuando terminó, revisamos los datos, luego los confirmamos, llamamos al número que ingresó de su tutor, la persona que contestó fue una mujer la cual se escuchaba muy joven, su nombre era Verónica y su relación con el muchacho era de hermanos, Lance era su hermano menor, ella trabajaba en la ciudad vecina y él estaba rentando un cuarto en un departamento cercano a su universidad, ella iba a llegar aquí hasta mañana al medio día y no quería dejarlo sin vigilancia, voltee a ver a mi mamá y me dijo con un movimiento de labios que podía hacer lo que quisiera. Le dije que se quedaría en nuestra casa hasta que su hermana pasara a recogerlo, él aceptó de mala gana.

Me puse a leer el formulario que había llenado, no escribió el motivo de su intento de suicidio, lo tome como algo personal y lo deje pasar, por ahora. El muchacho se intentó parar pero tambaleo y cayó, supuse que estaba débil y decidí cargarlo hasta la patrulla de mi mamá, tenerlo en mis brazos era algo que pensé que nunca llegaría a pasar, y él se sentía tan desnutrido. Yo vine en moto hasta la estación, por lo que no lo podría llevar, así que fui detrás de ellos todo el camino. Al llegar a la casa aparqué mi moto donde siempre, cuando me vine a dar cuenta, mi mamá ya tenía en brazos al muchacho, así que corrí hasta la puerta a abrirle, mi mamá lo dejó suavemente en el sofá de la sala, me dijo que tenía que irse enseguida para regresar al trabajo, le di un beso en la mejilla a mi mamá antes de que se fuera, cuando vi a Lance, lucia incomodo por el beso, y me hizo sentir avergonzado.

Me quedé inmóvil viéndolo por unos minutos, sin moverme de la entrada, hasta que le dije si quería un poco de café, el dijo que no quería, pero después de pensárselo otra vez, me dijo que sí quería, con leche. Fui a la cocina, tome la taza mas bonita que teníamos, la cual era de mi papá, puse a hervir la leche, luego la vertí en la taza con decoraciones de conejos, luego una cucharada de café, nunca hacia café con leche, por lo que no sabia como hacerlo realmente, así que le puse una cucharada y media de azúcar, no quería probarlo, no me gustaban las cosas dulces, pero decidí darle una probadita para ver cómo me había quedado, cuando le iba a dar un sorbo, escuche un ruido en el piso de arriba, no había nadie en la casa aparte de nosotros, así que corrí lo más rápido que pude, al llegar arriba encontré a Lance en el baño buscando entre los medicamentos, cuando me vio abrió un frasco al azar y vertió todas las pastillas en su mano, pero logré sujetarla para que no las ingiriera, hice que cayeran al suelo, tenia sujetadas su dos muñecas, lo tenia bien inmovilizado, empezó a gritar que lo soltara, pero ni siquiera se alcanzaban a escuchar como gritos, su garganta no daba para eso, su voz se le iba, entonces hizo algo que no me espere, me mordió el brazo, pero demasiado fuerte, tanto que hasta grité, tuve que cambiar mi forma de inmovilizarlo, lo rodeé con mis brazos para sujetar los suyos, y con mis piernas, las de él, se agitó para librarse de mí, pero no lo logró, si un tipo de 10 veces la fuerza de él, no pudo, menos él.

-No quiero... que mi hermana descubra esto, no quiero que me vea de esta forma -lagrimas comenzaron a salir de sus profundos ojos azules.

Solté una de mis manos y le sobe la cabeza lo más gentil que pude, lo cual realmente no fue nada fácil para mí, lentamente él se comenzó a tranquilizar, cuando finalmente dejó de llorar, se durmió, lo levanté del piso del baño con el mayor cuidado que pude, no sabia realmente donde llevarlo ahora, así que lo lleve a mi cuarto, el cual estaba al lado del cuarto de baño y lo recosté en mi cama, lo tape y ahora el problema era que iba a hacer yo, no podía quedarme observándolo mientras dormía, me haría sentir como un enfermo mental, pero tampoco podía irme, estaba preocupado de que pasaría si lo perdía de vista un momento otra vez, así que no podía irme de la habitación, el café que había preparado ya debería de estar frio, igual no debería estar bien hecho, era como un simple experimento que salió mal, decidí cerrar con llave la habitación y esconder la llave, me recosté en el pequeño sillón rojo que tenia en mi cuarto, lo de la llave es por si me dormía, y si, después de unos minutos me dormí, al fin había logrado conocer al chico moreno de mis sueños, estaba dormido justo en la misma habitación que yo, entonces, ¿por qué seguía apareciendo en mis sueños? Esta vez estaba más cerca de mí, pero seguía llorando y gritando, como siempre, no podía acercarme más que esto a él.

Comencé a abrir los ojos lentamente, un tanto desorientado, teniendo la cabeza todavía recostada en el sillón, pude ver con el rabillo del ojo a Lance, luego ya tuve que girar la cabeza para verle bien. Se encontraba sentado, mi colcha le cubría la mitad del cuerpo, estaba viéndome detenidamente, tenía una expresión de disgusto, nos quedamos mirándonos a los ojos por dos minutos, como si estuviéramos participando en un concurso de miradas. Al final yo perdí, luego lance me pregunto muy molesto el por qué la puerta estaba cerrada con llave, era natural que estuviera molesto, pero yo me encontraba de igual manera, furioso, recién encontré a la persona con la cual había estado soñando, no quería perderlo tan fácil.

Me encontraba en una situación un tanto compleja, no sabía muy bien que hacer, Lance quería desaparecer de este mundo y yo, yo quería que siguiera en este, tal vez si fuese otra persona con la cual no tuviera cierta relación, aunque de hecho, no estamos emparentados de ninguna forma, somos simples desconocidos.

Busque mi teléfono en la cómoda cerca de la cama con la intención de revisar la hora, no sabía cuánto había dormido, pero no había sido tanto como para que mis padres regresaran del trabajo, para mi mala suerte, mi teléfono estaba desaparecido.

–¿Buscabas esto? –escuche decir a Lance con una maliciosa sonrisa en su rostro. –Dame la llave de la puerta o lo rompo.

–¿Qué más esconderás debajo de esa sabana? —seguido de esto, me acerque a él y tome mi teléfono, solo había dormido una hora por lo que eran las 2:46 de la tarde –No puedo creer que me hayas amenazado con mi teléfono, aparte teniendo un cuerpo tan débil, ¿Cuándo fue la última vez que comiste?

–¿Por qué estás tan interesado en mí?, quieres una buena imagen, puedes conseguirla con cualquier otra alma desamparada que encuentres por ahí.

–No es eso, no quiero ser malo contigo y no te estoy utilizando –suspire y me aleje un poco, mientras sobaba mi cabeza, tratando de encontrar las palabras para explicar... ni siquiera sé que es lo que debía explicar –Bueno, por ahora baja conmigo tranquilamente y comamos algo, puedo preparar varias cosas, tu solo dime que te gusta.

No dijo nada, solo asintió con la cabeza.

Dulces sueños. {Klance}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora