𝕼𝖚𝖆𝖙𝖙𝖗𝖔

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Querida Alana

Hay veces en las que me gustaría que supieras quien soy, poderte abrazar y dar consuelo. ¿Por qué llorabas hoy? Me dolió verte con los ojos rojos y tus mejillas inundadas de lágrimas.

 -B.

Bella trepó hasta el balcón que había en la habitación de Alana, dejó la carta y el girasol en el piso y tocó la puerta cristalina de esta. Alana salió y vio sus habituales regalos, leyó con detenimiento y soltó un suspiro.

-A mí también me gustaría conocerte, B.

Pero Bella ya estaba lo suficientemente lejos como para escuchar esta última frase.

Sunflower//LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora