El efecto JinYoung [Bnior]

Es perfecto...

¡Oh! ¡Puedo entender de lo que están hablando!

Para mi es perfecto.

No solo el efecto.

Park JinYoung es perfecto. Hecho a la medida. Mi otra mitad. Mi alma gemela.

Estoy consciente de lo voluble que solía ser, no creo que haya alguien más sorprendido sobre el poder que tiene JinYoung sobre mi que yo. Una simple mirada, una simple palabra que salga por sus hermosos labios, puede cambiarlo todo. Lo he sentido de muchas formas, lo he vivido varías veces y sigo sin creérmelo realmente—aunque sé que existe—.

Creo que se debe al amor que le tengo, al amor que nació en mi desde el primer día que lo vi. Mi alma supo inmediatamente que pertenecía ahí, con él y, por eso, lo obedece sin chistar. Haciéndome imposible guardar mis sentimientos, mis preocupaciones o secretos. Tentado siempre a intentarlo pero fallando miserablemente en el intento. Me lee, se sabe de memoria mis líneas y alcanza a ver hasta las letras pequeñas, las referencias entre páginas las estudia con atención, sin dejar nada para la imaginación.

Lo único bueno es que funciona en las dos direcciones.

No voy a negar que estuve en negación un tiempo. A pesar de que había pasado varias veces yo no quería verlo. Sobretodo por lo que significaba. Para mi significaba que tenía un amor no correspondido por el chico más precioso que había a mis ojos—desde entonces pensaba eso y como quiera no lo quería aceptar—. Ni si quiera pasaba por mi cabeza que fuera mutuo. Él se merece el mundo entero, se merece a un príncipe encantado, que pueda llenarlo de lujos y librarlo de problemas. Por eso no quería ver lo que estaba sintiendo, porque yo no tenía nada que ofrecerle como para que se quedara conmigo. Me hice el ciego por un largo tiempo, no queriendo echar a perder nuestra gran amistad y complicidad que habíamos creado.

Fue poco después de que BamBam también se mudara a casa cuando lo acepte. Juro que me sentí más ligero, como dejando ir un peso de encima. Gracias a eso estoy viviendo con el gran amor de mi vida y estoy tan malditamente agradecido con mi yo del pasado.

JinYoung y yo conectamos desde el principio, a pesar de todo lo que decían sobre nosotros, formamos una amistad. En ese entonces eran pocos a los que podía llamar amigos—de hecho solo tenía uno aparte de JinYoung—, así que lo atesore lo más que pude. Sabía que no necesitaba protección, Jinnie siempre ha sido fuerte, tanto de carácter como físicamente, sabe cómo responder. Pero para mi era la personita más delicada, no quería que nadie lo lastimara más de lo que ya estaba y, si hubiera podido, lo hubiera protegido desde antes. Pero como eso no era posible hice de todo para que no sufriera más, si me lo hubiera pedido me habría tirado de un edificio, si con eso lo hacía feliz.

¡Wow! Me sorprende que no me haya dado cuenta que estaba enamorado.

JinYoung había estado más brillante, la sombra de su cara casi había desaparecido y todo gracias a mi—suena creído pero el me lo confesó después— hasta que de repente su semblante triste volvió y por más que trate que me dijera que estaba mal, no lo hacía. Estaba preocupado, pensé que había echo algo mal y, sobretodo, estaba molesto, porque si no había sido yo, ¿quien demonios se atrevió a molestar a mi JinYoung?

Había estado un poco ocupado, entre mi trabajo de medio tiempo y la escuela, estaba atareado, sobretodo después de que se uniera otra boca a la cual alimentar. Así que ese día iba a sorprender a JinYoung, mi plan era llegar a su casa, raptarlo y tenerlo secuestrado todo el fin de semana que los mocosos estarían fuera, ver películas, comer porquerias y dormir el mayor tiempo posible. Todo estaba perfectamente estructurado en mi cabeza pero no esperaba lo qué pasó.

-¡Tú no tienes ningún derecho sobre mi! ¡Ni si quiera deberías seguir considerándote familia!-los gritos de JinYoung se escuchaban hasta la calle cuando llegue por él. Corrí hacia la puerta, asustado y sorprendido. Nunca había escuchado la bonita y amable voz de JinYoung en ese tono.