A Gustavo.
Viernes, 22 de marzo de 2019¿Cómo te das cuenta que comenzás a superar a alguien?
Pasó más de un mes desde la última carta; más de un mes desde la última vez que sentí algo relacionado a vos.
¿Te dejé de querer? ¿Así, tan fácil?
El rencor, a veces, es un arma de doble filo. Puede hacerte odiar con todo el alma a una persona, pero también puede liberarte de aquello de lo que creíste imposible poder despegarte alguna vez.
Las cosas son más claras hoy, cuando mi corazón ya no se oprime ante la mención de tu nombre o el recuerdo de tus labios sobre los míos.
Hoy puedo ver tan fácilmente todos los errores que cometimos, todas las veces que te perdoné cuando no debí hacerlo y todo el amor que trataba de darte cuando a vos no te interesaba.
Abandoné mi vida por vos, dejé a mi familia por recibir tu cariño y permití que pensaras que siempre iba a estar al lado tuyo soportando todo. Te hice sentir seguro de eso, realmente pensaste que esta tonta iba a amarte hasta su último respiro.
Reaccioné a tiempo.
Hoy intento recuperar mi vida, mi autoestima y mi respeto propio. Recuperaré todo lo que me sacaste día a día, y también el amor que te di. Vas a sentir frío a falta de mis brazos y los labios se te van a helar por la ausencia de mis labios. Pero, por sobre todo, tu corazón va a echar de menos la calidez del mío.
Salí del infierno en el que yo misma me dejé caer, y hoy puedo ser libre otra vez.
Te perdoné hasta que mi corazón reventó, y te amé hasta que dejé de amarme a mí misma.
Decime, ¿fue suficiente para vos en algún momento?
Elizabeth.
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Desintoxicación
Short StoryTe perdoné hasta que mi corazón reventó. Te amé hasta que dejé de amarme a mí misma.