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Narra Ari:

Todo era silencio en la cocina, el único sonido era los leves sollozos de Temo que llegaban a ser audibles.

-Esta completamente deprimido- dijo Carlos abrazando a su esposo.

-Aún así es fuerte, él... Él podrá con esto- aquel hombre le daba caricias en su cabello.

-mi niño... ¿Cuando sera el día que él sea feliz, cuando?- la señora Candy lloraba abrazandose a su misma.

No podia soportar más y sali hacia el jardín trasero, el cielo estaba de un color rojizo por el amanecer próximo, sentí las lágrimas bajar por mis mejillas.

-¿hijo?- mi padre salio detrás de mi.

-Soy un maldito idiota- dije sin mirarlo- si yo hubiera hecho algo el día que Pancho lo golpeó por mi culpa nada de esto estaría pasando, no estaría sufriendo, no...no estaría ahí acostado llorando...tal vez... Tal vez él y yo seriamos algo...algo más... ¿Porque fui un idiota? Papá, yo siempre lo ame, pero siempre me negué por temor... Temor al rechazo de la  familia, en tuyo, el de las personas...- me deje caer de rodillas al césped perfectamente recortado y cubierto de leves gotas de roció.

No miraba a mi padre, no quería ver la decepción o el odio en su mirada.

Sentí como alguien me rodeaba entre sus brazos así que alze la vista, mi padre estaba abrazándome mientras de sus gastados ojos soltaba lágrimas.

-será difícil...pero no volvere a cometer los mismos errores otra vez- me dio un beso en la frente.

Así nos quedamos por un rato hasta que mi mamá salió para decirnos que íbamos a desayunar, sin darnos cuenta ya eran las ocho de la mañana, el comienzo de un día muy emocional.

Narra Temo:

Una vez estuve un poco más tranquilo subí a mi habitación aún con la foto de mi amado en brazos, cerré con seguro una vez estuve dentro y camine hasta la cama donde me senté en una orilla.

-¿que haré ahora?- pregunte al viento.

Mi teléfono comenzó a sonar y lo tome, era un mensaje de Diego.

Para:Cuauhtémoc
De:Diego

Hey, Marina me llamó ayer y me pidió que te acompañara a la funeraria donde velaran a Tony...¿a que hora paso por ti?

Temo suspiro con pesadez y comenzó a teclear una respuesta.

Para: Diego
De: Cuauhtémoc

Por favor pasa por mi en unos treinta minutos, gracias Diego.

Me quede mirando la pantalla unos momentos hasta ponerme nuevamente de pie, camine vasta mi armario y saque un traje  hecho a la medida color negro, peine levemente mi cabello, no iba a ocultar mis ojeras, ni mis labios partidos, ni mis ojos hinchados, soy un ser humano y aunque muchos me ven simplemente como un hombre poderoso y millonario, fuerte y que nada me afecta...ya no puedo ocultar por mucho tiempo esa estúpida mascara que he creado en mi.

Mire por la ventana de mi  habitación, loa colores en el cielo eran preciosos, suspire con nostalgia recordando todas esas mañanas en que Tony y yo despertábamos juntos y nos quedábamos viendo los amaneceres...ahora ya no lo volveríamos a hacer.

Apreté la foto a mi pecho y sali de mi habitación, baje las escaleras con cuidado de no resbalar.

-¿Temo?- su voz me hizo voltear.

-¿pasa algo?- pregunte sin dar rodeos.

-¿a donde vas?- pregunto caminando hacia mi.

-iré a la funeraria, Diego pasará por mi- respondí, en estos momentos no quería hablar, sólo quería salir e ir a velar a mi amado esposó.

-¿quieres que te acompañe?- preguntó.

-No, de todas las personas de este mundo tú serias a quien menos le pediría compañía- respondí de forma fría.

-Por favor Temo, estas mal, te ves terrible...nos quiero que estés sólo en esto- para ser sincero ya no confiaba para nada en Aristoteles.

-Eres un hipócrita... Dices que no quieres que este solo pero cuando me paso todo aquello, todas las burlas, los golpes, las humillaciones... como olvidar cuando me rechazaste y a los pocos minutos mi padre me golpeo como nunca...¡Reacciona Aristoteles!... ya no somos unos adolescentes, yo ya elegí mi vida, yo puedo tomar mis decisiones, y mi decisión en este momento es que me dejes en paz, dejame velar a mi esposo en paz- dicho esto le di la espalda y sali de la casa.

Luis y Jerry estaban conversando afuera y al verme se acercaron.

-Temo...- dijeron ambos.

Yo solo los mire y los abrace, ellos dos son de las pocas personas a las que les tengo confianza.

-Se fue...mi Tony se fue...- murmure envuelto en lágrimas nuevamente.

-Él tal vez ya no  esta, Temo, pero el recuerdo de Tony seguirá aquí, en tú corazón y en tú mente- Luis me dijo esas palabras sin soltarme.

-Pero piensa en lo positivo, él s no sufrirá por culpa de esa maldita enfermedad, ahora el esta sano, el esta en paz...él ahora te estará cuidando desde el cielo junto a tú madre, tú abuela y Rebeca, ahora tiene otro angelito que velara por ti- Jerry tampoco me soltó.

Si claro, yo deje de creer en Dios, en los ángeles, en los santos, si ellos en verdad existieran no dejarían que tantas tragedias ocurrieran en este mundo...Dios no existe.

El claxon del auto de Diego me saco de mis pensamientos, me separe de los chicos y les pedí que informaran a donde iría, ya era momento.

Past // ARISTEMOWhere stories live. Discover now