PRIMERA TEMPORADA. 1- Los fascistas también se asombran

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Sus pies descalzos sintieron el gélido suelo. Si hubiera seguido corriendo con esos tacones de aguja aquel hijo de puta ya habría hecho con ella lo que le hubiera dado la gana.
Se había clavado cristales en los pies, su rímel se había corrido y su vestido estaba  hecho girones pero, no le importaba; tan solo quería que el monstruo no la cogiera porque sabía que las consecuencias iban a ser muchísimo peores. Ya no escuchaba sus pasos ni sus: "No huyas, morena" o " Ya te pillaré, puta". Pero ella todavía podía sentir sus sucias manos y sus repulsivos labios por su cuerpo. Cada vez que lo recordaba se estremecía y más lágrimas negras desvanecidas por el rímel correteaban por sus mejillas.
Y pensar que de no ser por esa patada en los huevos ahora mismo ya habría abusado de ella. No quería vivir eso de nuevo. Algo que pasó hace años y que todavía recordaba como si fuera ayer. Al menos ese enseñó su cara de cerdo. Este no. Este llevaba un pasamontañas. Encima era cobarde.
En aquel momento extrañó más que nunca poder tener a su hijo en sus brazos. Al hijo del cerdo y no cobarde. Procucto de una violación y arrebatado del calor de su madre. Hace diecinueve años. No hay un solo día que no se pregunte quién será, cómo se llamará, cómo vivirá, cuál será su forma de ser.
Sus piernas ya no daban para más y bajó la guardia dando al abusador cobarde por perdido.
Con las pocas fuerzas que habitaban en su interior, saltó al remolque de un camión que se ponía en marcha y se hundió en paja. Y mecida de un lado para otro por los vaivén que daba el camión se quedó dormida.

***

Un molesto rayo de sol causó que abriera los ojos después de frotárselos. Hizo muecas aún en sueños. Se sobresaltó al verse acostada y tapada en el sofá del despacho de su jefe. Sus ojos casi se salen de sus órbitas cuando plantado delante de ella vio a su jefe.

        -¡Ostias!-se hizo un ovillo en el sofá envolviéndose con la manta.
        -¿Eso es lo que tienes que decir en lugar de disculparte por llegar tarde, Isabelle?- la regañó- ¿O de darme las gracias por haberte salvado la vida? Porque de no ser por mí mi, amigo el camionero te habría tirado a un vertedero.
        - Vale, vale, lo siento-Isabelle levantó las manos en acto de defensa-. Perdón, barra gracias, señor Beaumont.
        -¿Se me está poniendo contestona?-puso los brazos en jarra-Anda y póngase a trabajar... y cámbiese, por el amor de Dios. No quiero volver a saber más de sus noches locas. Hoy se incorporan los niños de las prácticas, así que, dése prisa.

Su jefe salió del despacho concluyendo la escena con un seco portazo. A Isabelle le entraron ganas de llorar.

        -¿Noches locas?-murmuró agachándose para tomar su ropa de cocinera-. Este gilipollas no tiene ni idea. ¡Ni idea!

***

El autobús aparcó delante de la casa espía Nuevo Futuro. El motor ensordecía a cualquier alma que hubiese ahí dentro. No serían menos los seis chicos que ocupaban en autobús. Cinco de ellos iban en grupo y, el sexto, pasando desapercibido, iba sentado solo en última fila con la cabeza apoyada en el cristal mirando a la nada y con un auricular en la oreja. Los rayos del sol hacían resaltar sus ojos verdes intensos, sus labios carnosos y su camiseta totalmente pegada al cuerpo también destacando sus músculos notorios.

        - Me estoy empezando a preocupar por aquel chico de allí-. Comentó Celine, una de las chicas del grupo.
        -¿Lo has estado observando todo este tiempo?-le dijo Niki con una sonrisa pícara.
        - Claro que no-Celine se puso nerviosa al pensar en él-. Pero es que no se ha movido en todo el trayecto. ¿Cómo se llamará?
        -Tía, estás interesada en él. No lo niegues-Niki rió dando una palmadita.
        - Me parece... mono-Celine encogió los hombros restándole importancia.
        -Pues ten cuidado de que no te escuche Bruno-intervino George carcageándose y dándole golpecitos con el codo a Mica para que también le siguiera el rollo.
        -Eso, eso, Celine. ¿No querrás que tu novio se ponga celoso?-interjirió también Mica.
        -Ay, pero si el huevón este no se entera de nada-Celine se refirió a Bruno con una mueca-. Lleva cinco minutos hablando con su padre por el móvil.
        -Bueno, hablando él-Mica soltó una carcajada-. Porque su padre poco caso le hace.

LA CASA ESPÍA (Nuevo Futuro) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora