Capitulo 25

19.8K 1K 179
                                    

Lauren.

El ir a Italia con Camila era la idea perfecta, sabía que dejar a nuestros hijos era algo difícil tanto para ella como para mi, sería la primera vez que iríamos a un lugar sin ellos pero también entendía que era una manera de demostrarle a Camila que estaba en esto tanto como ella, la necesitaba conmigo, quería poder recuperar todo lo que había perdido, porque mi viaje a Italia era importante era expandir la carrera a un nivel internacional, pero más que eso era una oportunidad para recuperar mi relación con Camila, él mostrarle las delicias italianas, las construcciones maravillosas y hablar de nosotras lejos de nuestra casa era una manera diferente de solucionar las cosas, fortalecernos, y darnos cuenta que podíamos luchar juntas por lo que teníamos hace unos años, que podíamos volver a ser la pareja que se amaba incondicionalmente. Más que ir por ampliar mi carrera quería hacerlo por ambas, estar solas allá nos daría el tiempo de demostrar que esto podía volver a funcionar, con argumentos reales, pruebas y promesas de que nunca más íbamos a volver al pasado, no iba a olvidar ninguna fecha importante, e iba a hacer todo lo posible para hacerla feliz cada día.

Pero los niños no podíamos dejarlos, entendía la postura de Camila, ahora después de proponérselo estando sentada en esta maldita oficina un Lunes por la mañana, Amy tenía dos años de edad, y Noah que era el mayor siete años, Blake cinco, eran pequeños y los tres necesitaban de nosotras mucho, en especial cuando están de vacaciones a pesar de que ellos amaban estar con sus abuelos no es lo mismo estar una noche a estar tres dias o cuatro días, lo entendía y me ponía en su lugar porque cuando tenía la edad de Noah mis papás tenían viajes de a dos para fortalecer su matrimonio y yo los extrañaba mucho, no quería que ellos pasaran por lo mismo, no quería que sufrieran más... ¿Y si nos pasaba algo? Ellos se iban a quedar solos, no podía dejarlos solo.

Y odié en esos momentos ir a Italia, pero también sabía que necesitaba tener momentos a solas con Camila y no por el sexo sino para conversar, para solucionar nuestros dramas porque ahora más que nunca quería todo devuelta, la necesitaba a ella, a mis hijos, mi hogar, porque mi vida era a su lado, pero era muy tonta mi idea y la estaba olvidando por un momento. Pero de todas formas debía ir a Italia, ya tenía ese maldito compromiso, más si todo estaba ordenado con las personas que haríamos el contrato. Hace un año y medio atrás esto me hubiera dado lo mismo, pero ahora... ahora me importaba por mis hijos, por Camila, porque me dolía no verlos esos días, no ver sus caritas ni darles las buenas noches, jugar con ellos, escuchar sus cosas y preguntas que a veces no tenían sentidos, los amaba mucho a los tres, mis dos príncipes y mi princesa hermosas

Maldito viaje a Italia.

Maldito trabajo.

Y maldita yo.

-Señora Jáuregui, la busca su papá.- Lucy me sacó de mis pensamientos.

-Déjelo pasar, ¿Es solo papá?.- pregunto.

-Solo su papá, permiso.- dice saliendo de la oficina.

Papá ingreso unos minutos más tarde vestido con una camisa llena de flores, jeans algo ajustado pero no en extremo y zapatos cómodos, mientras que una bufanda colgaba de su cuello. Su lado de ser místico y más juvenil me daba risa pero aún así el daba los mejores consejos, siempre sabía escuchar buscando la manera de solucionar mis problemas y los de mis hermanos, él era más comprensivo que mamá en muchos sentidos.

-Hola cariño.- beso mi frente soltándome del fuerte abrazo que me brindo.

-¿Que te trae por aquí Pa'?.- el tomó asiento y yo también no sin antes servirnos un vaso de Coca Cola sin azúcar para cada uno.

-Vine a verte, ver como estaba la compañía, siempre es bueno ver como mantienes el legado familiar.- comenta con una sonrisa bromista.

-Lo tengo bastante bien, Soy una Jáuregui.- digo con arrogancia y el río.

Design and Plans. Camren. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora