Puto

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Al día siguiente, la chica despertó temprano. Cambiándose a su ropa deportiva y bajando hacia el gimnasio que se había adecuado en la parte trasera de la casa. Al entrar, se sorprendió de encontrar a Luka trotando en la caminadora. La mirada del chico estaba fija en una película que se transmitía en el televisor frente a él, llevaba puesto sus AirPods, por lo que imaginaba que no la había escuchado entrar.

Estiró su tapete de yoga en el piso de madera e inició con los estiramientos que realizaba habitualmente antes de empezar su rutina de ejercicio. Con sus manos agarró sus tobillos, inclinándose hacia adelante hasta que su pecho tocara sus rodillas, en aquella posición se detuvo a contemplar al cantante. Una fina capa de sudor recubría todo su cuerpo, haciendo que su descubierto torso brillara con los rayos del sol que empezaban a aparecer y que entraban por el ventanal; su cuerpo se balanceaba armoniosamente con cada fuerte pisada que daba y su pantalón deportivo se ceñía seductoramente a sus glúteos.

Un suspiro se le escapó de los labios, y debió bajarse de su nube al darse cuenta que había permanecido en aquella posición más tiempo de lo usual, y sus piernas empezaban a temblar por el esfuerzo que estaba colocando en mantenerlas tensadas.

Se incorporó, continuando con su rutina, y tratando de ignorar la atractiva presencia del cantante. Suspiró con pesar, pues se encontraba muy distraída como para disfrutar de la sensación que le producía el hacer ejercicio; procedió a pararse frente a una de las máquinas para trabajar sus glúteos, alineó su cuerpo a las pesas e introdujo su pie en la correa antes de inclinar su torso hacia adelante.

Estiró su pierna hacia atrás, hasta que ésta estuviera totalmente recta y la recogió hasta que sus pies se encontraran paralelos. Repitió la acción veinte veces, y cambió la correa de pie, iniciando nuevamente las repeticiones. De pronto, cuando sus pies se alinearon, unas grandes manos se cerraron sobre sus caderas. Como respuesta inmediata, su cuerpo se tensó y su cabeza se giró hacia atrás violentamente, con un semblante de furia adornando su rostro.
-¿Qué haces?- gruñó, observando al músico parado tras ella.

-Estás haciéndolo mal- comentó él -Te vas a lastimar la espalda-

La chica se soltó del agarre, girándose para encararlo.
-¿Y eso te da derecho a irrumpir en mi espacio personal?-

Luka soltó un pesado y sonoro suspiro.
-Mira, lo de ayer no fue mi más brillante idea- inició, dando un paso hacia atrás -Pero, no podemos seguir actuando de esta forma, sólo hará mas pesado nuestro trabajo- Sostuvo con delicadeza la muñeca de la chica, girándola de regreso a la posición en la que se encontraba. Se acuclilló, tomando su pie y deslizándolo dentro de la correa, ajustó el peso de las pesas y se incorporó.

-Debes inclinar ligeramente tu cuerpo- susurró, empujándola suavemente de la espalda -Y cuando levantes tu pierna, también debes inclinarte hacia adelante, de tal manera que no pongas presión en tu espalda baja- la mano del chico se deslizó hacia la parte interna del muslo de la actriz -Debes apretar tus músculos cuando levantes las piernas-

Sus manos la guiaron durante las primeras repeticiones, deslizándose de ida y vuelta desde la cara interna de su muslo, hasta sus glúteos y caderas.
-Lo haces bien- prosiguió Luka -Si necesitas ayuda, házmelo saber-

Marinette se mantuvo en silencio, con la mandíbula tensa y el corazón latiéndole furiosamente. Las caricias del músico la habían dejado deseando más, y se maldijo a ella misma por tener esa debilidad ante él.

Intentó enfocar su atención en los ejercicios que estaba realizando, lo que le resultó casi imposible con Luka levantando pesas frente a ella. Sintió como si una pelota se hubiera instalado en su garganta, obligándola a detenerse. Se mantuvo estática, relamiéndose ante la placentera imagen que le proporcionaban los músculos del cantante, mientras un cosquilleo avanzaba por entre sus piernas y se instalaba en su vientre al notar que el chico la miraba fijamente.

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