Capítulo 6.

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Sonó el timbre para volver a casa, salí del Instituto agarrada de Michael.

- Esperate aquí un momento.- advirtió Michael antes de ir a charlar con unos compañeros.

Eché una mirada al bosque, otra vez y di unos pasos hacia él. Desde siempre tuve una especie de "poder" de predicción, es decir, mi mente presentía o deducía algo y pocas veces me equivocaba, ¿me equivocaría aquella vez?. Dirigí mis pasos hacia el largo camino a casa olvidando esperar a Michael y rezando por tener un coche en esos momentos... Sentía mi rodilla ardiendo al igual que las heridas de la espalda. Dolor, dolor y curiosidad era lo único que podía sentir en esos momentos.

Caminé torpemente a través del estacionamiento. De pronto empecé a oír el pitido de un coche, giré mi cabeza debido al molesto sonido.

- Anne, ¿quieres que te lleve?- preguntó Michael aun bajando la ventanilla del coche que estaba a la mitad.

- Como quieras.- sonreí tímidamente.

- Sube al coche.- afirmó con una sonrisa torcida.

- Está bien.- dije volteando los ojos.

Me subí torpemente al coche de Michael y mis mejillas fueron cogiendo un color rosado poco a poco, Michael me miró de reojo mientras cogía el volante y sonrió, lo que hizo que me sonrojara aún más.

Arrancó el coche justo después de ponerme el cinturón. El coche otra vez se dirigía a mi casa, no recordé haberle dicho nada a Michael sobre mi dirección. Me atreví a preguntar por curiosidad.

- ¿Cómo sabes mi dirección?- pregunté con el ceño fruncido y a la vez una sonrisa en la boca.

- Me la dijiste antes en clase, ¿no recuerdas?- explicó Michael con la vista en el camino.

- Es cierto, me olvidé...- dije al recordar nuestra conversación.- es que de veras, me pasan cosas muy extrañas.

- ¿A qué te refieres esta vez?- preguntó.

- Cuando Dustin me llevó a casa, no le dije mi dirección nunca. ¿Cómo la supo?- conté medio riéndome.

- Estúpido.- susurró Michael que casi ni se le escuchaba.

- Nada, déjalo. Sigue contando.- Michael sonrió levemente.

- Ya te lo conté todo.- dije confusa por la rara reacción de Michael.

Michael se quedó callado. Por cada segundo que pasaba, Michael me demostraba cada vez más que él tenía algo que ver con aquel bosque.

La incomodidad hacía el viaje eterno, era como si Michael se hubiese enfadado por mis palabras. Tenía miedo de volver a abrir la boca para no empeorar las cosas. Llegamos a la puerta de mi casa, rápidamente me bajé del coche.

- Adiós.- escuché a Michael dulcemente unos segundos antes de cerrar la puerta.

Yo le respondí un "adiós" con la mano y una leve sonrisa en la cara. Michael me miraba con seriedad y preocupación, lo que hizo que me intimidara y fuese corriendo torpemente, o eso intentaba, hacia la puerta de mi casa mientras notaba a su mirada perseguirme. Entré en mi casa y estaba nerviosa debido a la incómoda y extraña situación, cerré la puerta fuertemente y subí a mi habitación.

- Anne, ¿ocurre algo?- preguntó mi madre extrañada mientras subía las escaleras ferozmente.

No la contesté y me metí en mi cuarto, me eché sobre la cama a reflexionar sobre Michael, Dustin... No podía evitar tener la sensación de que Michael me ocultaba algo, sin duda alguna sabía que en el fondo yo tenía razón. Pero no conseguía descubrir que era eso que me ocultaba Michael, pensaba en la posibilidad de que con el tiempo, me contaría "su gran secreto", ya que sólo nos conocíamos de dos días. Siempre había sido muy impaciente y en esos instantes ardía de curiosidad.

La historia de Anne Lee.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora