Nido de Sirenas

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Por siglos se ha pensado que los seres fantásticos, tan abundantes en las diferentes mitologías del mundo y recurrentes en las obras literarias, solo eran inventos del pensamiento arcaico. Ante la civilización actual, se tratan de ficciones, delirios o imaginaciones provenientes de la alterada percepción de los antiguos viajeros quienes, afectados por el cansancio, la falta de alimento o solamente invadidos por el miedo, presenciaron a estos entes monstruosos. Para la mayoría, resulta absurdo creer en la existencia de dragones, unicornios y demás, ya ni los niños pueden tomar como verdad esos cuentos. Sin embargo, aún existen regiones donde las leyendas tienen una gran importancia y los avistamientos de criaturas extrañas son comunes. Esos lugares eran mis preferidos.

Esta noche me trae tantos recuerdos. Hace unos años formaba parte de un grupo de investigadores paranormales aficionados junto a Esmeralda, mi novia en aquel entonces. Todo comenzó en la universidad mientras estudiábamos comunicación. Con el pretexto de pasar el rato y recopilar material para los trabajos, se nos ocurrió investigar sobre casos de fantasmas y monstruos de fantasía; ella tomaba el rol de directora y se encargaba de la cámara mientras que yo funcionaba como presentadora. Solíamos visitar casas o edificios con fama de encantados, entrevistábamos a videntes, médiums, incluso asistimos a varias sesiones espiritistas. ¿El resultado? Era muy variable pero nunca lo que esperábamos. A veces los culpables de los hechos paranormales eran animales callejeros o vagabundos, en otras no tuvimos certeza de lo que habíamos visto, pero sin importar la causa, siempre había momentos de miedo y mucho material para trabajar. Terminamos por abrir un canal en YouTube para mostrarle al mundo nuestras aventuras. Para nuestra sorpresa, tuvimos una repuesta muy positiva y nos hicimos de cierta fama. Nunca estuve segura si fue nuestro talento o el hecho de ser una pareja de chicas la causa de nuestro éxito en YouTube.

Las cosas avanzaron de manera acelerada después de la graduación. Todos los profesores conocían nuestra carrera como youtubers y uno de ellos tenía buenos contactos en la televisora local. Nos ofrecieron un segmento en uno de esos programas de variedades y aceptamos con gusto. Al cabo de tres años subimos de nivel y comenzaron los planes para un programa de mayores escalas. Era para televisión de paga, básicamente seguiríamos trabajando como siempre pero con un mejor equipo: yo seguía en mi labor de presentadora y mi novia hacía de directora, aunque de vez en cuando se permitía aparecer en pantalla. Nos dieron una cámara, micrófonos, asistentes de producción y todas las facilidades para viajar por todo el país. Las cosas se estaban dando con relativa facilidad. El programa duró cerca de dos años al aire, con dos temporadas en emisión y una tercera en proceso. Hasta que aceptamos ir a esa cueva.

Nuestro último trabajo fue en un pueblo costero del sur llamado Káaknab. Yo me sentía más que emocionada por esta expedición, pero Esmeralda no estaba segura de la misma y con razón: fue la primera vez que nos internamos a una cueva. Hasta ese momento, todos nuestros viajes fueron a edificios viejos, haciendas en ruinas, conventos de la época novohispana u oficinas de "prestigiosos" expertos en temas paranormales. Lo que nos esperaba en ese pueblo era una caverna submarina donde, según los lugareños, habitaban sirenas desde tiempos remotos. Eso solo me emocionaba más, las sirenas eran de mis seres preferidos desde que tengo memoria, incluso tenía una cola de tela.

Nuestra expedición parecía normal, Esmeralda y yo llegamos acompañadas por Saúl y Roberto, nuestros asistentes técnicos, y una pila de aparatos necesarios para la filmación. Recuerdo que el sol estaba ocultándose. En la parada del autobús nos esperaban don Fermín, el líder de los pescadores, y Mayra, la ejecutiva de la televisora que nos consiguió esta expedición. Ella era una mujer sumamente persuasiva y decidida a todo con tal de obtener lo necesario para el programa. No entraré en detalles aburridos, solo diré que las presentaciones se dieron con toda la cortesía posible aunque nuestro anfitrión no paraba de advertirnos que era una pésima idea filmar en el Nido de las Sirenas, como ellos le dicen. Mayra lo ignoró y procuró que nosotros también, especialmente Esmeralda quien era fácil de intimidar.

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