Esos jade de tu mirar..[Katsudeku]

SECTOR °T°

En un muy hermoso y soleado día en Estambul, Turquía, un chico corría desesperada mente para no llegar tarde a su segundo día de clases. Se había quedado dormido, la alarma no sonó  y para colmo se quedo toda la noche en vela, porque su bebé de tan solo 2 meses estaba con fiebre. Le costo mucho dejarla al cuidado de Dabi. Le tenia horror a ese hombre. Confiaba más en Kurogiri pero se tranquilizo al saber que su esposo estaría a las 10:00 A.M. para encargarse de su pequeña, eso lo relajaba bastante. 

Todo había cambiado tanto en su vida. Tanto que,  ya ni se acordaba cuando se mudo a Estambull pero era feliz, muy feliz. Bien sabe él, que cuando despertó de ese coma, apenas y podía recordar su nombre. Solo recordaba el nombre de su actual esposo, a quien amaba y adoraba con el alma, quien para alejarlo de los problemas o mejor dicho de ciertas personas prefirió llevarlo a Turquía para empezar de nuevo una linda y magnifica vida. Él, su esposo y su bebé. Alejarlo de todos esos héroes y villanos que tanto destruían la cuidad con sus batallas. Un peligro para él estando embarazado. Lo cual, siempre agradecerá a su esposo.

Sus ojos comenzaron a brillar al ver que la reja seguía abierta y corrió mas rápido. Llego con el tiempo justo pero llego. Recupero el aire perdido y se encamino a su salón, de seguro sus amigos ya se encontraban en él y se burlaran por llegar tarde en su segundo día, los odiaba y amaba al mismo tiempo. Grande fue su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con la mirada retadora del profesor y de todos sus alumnos.

-Es el segundo día joven...Tomura- hablo el profesor con desgano.

-Perdón profe, es que mi despertador no sonó y mi hermanita no dejo de llorar en toda la noche y como tenia fiebre, obviamente, no podía dejarla sola- todos sabían que tenia un bebé en casa pero los únicos que sabían que tenia una hija eran sus amigos mas cercanos.

-Que no se haga costumbre, por favor, vamos siéntese.

-Si,si, no se hará costumbre- y sin mas, entro al salón a colocarse en un asiento vació que estaba entre medio de sus dos amigos. Las clases transcurrieron normales y ya era hora de la comida, mientras, sus amigos hablaban animada mente de lo que hicieron durante sus vacaciones, él se encontraba pegado a la pantalla de su celular contestando todos los mensajes de su esposo. Le dio mucha gracia cuando le envió una foto de su bebé con el pañal puesto al revés.

"por lo menos, no la prendió fuego"  fue el pensamiento del joven al ver que su pequeña estaba a salvo y sin un rasguño hecho por Dabi. Si que era torpe con los bebes. De la nada le sacan el celular.

-Te estábamos hablando y tu en las nubes como siempre.

-No estaba en las nubes, estaba pensando lo bien que se lo cogió su esposo anoche- hablo divertido un chico de cabellos azabaches y mirada cían, recibiendo una patada de la chica en frente suyo -au, duele, Meleck- se quejaba, mientras, se sobaba la pierna golpeada.

-Pues, te lo tienes merecido- reprocho la chica, todavía, con el celular de su muy querido amigo en mano.

-Perdón, chicos es que estaba preocupado por Ëylul la deje con Dabi y...

-Con esa bestia dejaste a kralice?- y comenzó a leer la conversación -a menos mal que tu esposo vino al rescate- suspiro aliviada.

-Qué?!!...Le hizo algo?- espeto preocupado el azabache.

-No, solo le puso mal el pañal- y le mostró la foto.

-Hay por Allah- y rió el muchacho.

-Chicos es mi celular, mi vida privada y mi conversación con mi es-po-so- le arrebata su celular de las manos a su amiga  y lo guarda en el bolsillo de su pantalón.