Kellan: Definitivamente tengo que patearte el culo

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Mis piernas colgaban perezosamente del alféizar del viejo hotel, se suponía que tenía que estar vigilando la zona, pero estaba algo distraído. Los Safeguard's de Xalbeox nos encargábamos de monitorear unas tres manzanas solo en este extremo de la ciudad, correspondían a las "fronteras" con otra ciudad que seguía los lineamientos de vida de Kingsverse.

Habían sucedido algunas cosas impactantes que no me tenían centrado en mi misión.

Había descubierto que había nacido como un omega.

Y eso no era algo que tuviese que saber.

Olvídate de aspirar a ser un ciudadano de Clase A.

No que realmente me importara, pero aún era algo chocante.

Me había topado con un alfa que podía desarmar las defensas del Xalbeox más frío y desinteresado.

Bueno, quizás exageraba, pero por lo menos a mí se me habían ablandado las piernas. Muy lastimosamente, debía enfatizar.

Ese alfa en cuestión me estaba reclamando.

Eso era muy molesto e impulsivo de su parte.

Rompí la promesa que le hice a mis padres, no corrí.

Debía haber corrido cuando aún no entendía nada.

Algo me decía que en realidad sí pertenecíamos al otro.

Quizás era esa dolorosa sensación en mi pecho.

Esa mañana Spencer me acorraló contra el auto cuando nos despedimos, pero no me besó otra vez. No, el tipo sí que sabía cómo meterse en la cabeza de las personas.

"— Kellan ¿Sientes como tu cuerpo está llamando mi nombre?... Súbele la llama hasta que esta se vuelva blanca, a 1.600°, y me entenderás –", Dijo... deslizando su nariz por mi barbilla, sellando la espesa seducción con su toque.

Eso fue lo que dijo antes de poner las manos sobre mi hombro y darme la vuelta para que me pusiera en marcha. Y yo casi le pregunto si no prefería que me quedara, porque quería quedarme. Habían pasado tres días desde entonces y yo estaba perdiendo la cabeza un poco.

Recordándolo, como cada segundo de las pasadas 71 horas, solté un sonido lastimero y halé mi cabello balanceándome como un desquiciado.

— ¿Ya que el tinte no es suficiente quieres arrancarte el cabello a punta de jalones? – Se burló mi primo, apareciendo de la nada, lo que evidenciaba mi pobre trabajo de vigilancia.

No que en realidad esperase alguna emboscada.

Además, se trataba de Beau... era una jodida coincidencia que fuera él, con quien tenía un tema de interés común.

— Para nada, solo pienso en cosas filosóficas y mierdas existenciales – Le dije sentándome recto.

— Escuché que te quedaste a dormir donde Brooke... parece que eso aturdió tu mundo. No puedo creer que hayas conectado con una mujer cinco años mayor que tú – Bromeó halagador.

— De hecho 10 – Murmuré, Spencer me había dicho que tenía 29.

— ¿Qué? ¿No tiene 24? – Beau preguntó sorprendido.

— Ah, sí 24... Olvídalo, estaba pensando en otra cosa — Me disculpé.

— ¿Qué tienes hombre? Pareces fuera de sí – Comentó riéndose.

— Tus padres... Son lo que los Humanverse llaman un "puzzle" ¿No? – Cuestioné, aun sabiendo que no debía ponerme a alborotar aguas tranquilas.

¡Vaya madrugada! (Humanverse World) - Alfa & Omega -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora