🔄 Día 6 🔄

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Usando la ropa del otro
Fred: 17 || Freddy: 16
Relación: Pareja :]

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Freddy y Fred, 2 adolescentes enamorados que viven en un mundo donde existen las especies de fantasía, como las llamarían en otro lugar. Freddy, un elfo que vivía en un claro oculto en el bosque, el lugar donde habitaban todos los elfos, hadas, enanos y demas. También estaba Fred, un chico brujo que vivía en lo mas recondito del bosque con su pequeña familia, conformada por su madre y una hermana pequeña, lo contrario a Freddy quien era hijo único.

Aunque mantenían una relación, esta no era pública y mucho menos permitida. Estaban adelantados a su época, pues no se había visto una pareja conformada por 2 distintas especies fantásticas antes, eran los primeros, por lo cual sus encuentros por el bosque no dejaban de ser secretos. A ninguno de los dos les molestaba, al menos no por ahora.

Ambos estaban en la casa de Fred, pues la madre y la hermana del pelinegro estaban alejadas de ahí, practicando los hechizos de la pequeña. No volverían en un par de horas

- Es la primera vez que vengo a tu casa. Es grande, y muy acogedora - opinó Freddy curioseando todo a su paso. Fred sonrió - Usamos un hechizo de tipo camuflaje para ocultarla - Dijo mirando como Freddy estaba tan inmerso viendo todo que casi ni le escuchaba

- Si mi madre llega y te ve así, le da el patatus - mencionó, viendo de arriba a abajo la ropa del menor - ¿Por qué me ves así? - Se arregló sus ropas sintiendose observado

Fred la hizo una seña a Freddy para que lo siguiera. Ambos llegaron a la habitación de Fred mientras este mismo rebuscaba entre su armario. Mientras tanto Freddy estaba nervioso, primero esa mirada, y al minuto siguiente estaban los dos solos en una habitación. ¿Qué estaba pasando?

- Ponte esto - Habló de pronto asustando a Freddy, quien recibió la ropa limpia en su cara - Los brujos tenemos un código de vestimenta muy... Oscuro - Freddy soltó un suspiro de alivio

Cada especie tenía la libertad de vestirse con el color de ropa que le placiera, excepto los brujos. Estos parecían aún vivir en el pasado, pues solo vestían de ropa oscura o colores pálidos, todo lo contrario a la ropa colorida y animada que traía Freddy

- Puedes cambiarte aquí si quieres - Aclaró caminando hacia la puerta - Si necesitas algo estaré abajo en la cocina. Muero de hambre. ¿Tú quieres algo? - Freddy asintió con la cabeza - ¿Te parecen bien unos hotcackes? - Volvió a asentir y Fred salió de la habitación dejandolo solo

Minutos después Freddy iba bajando las escaleras cuando un olor familiar invadió sus fosas nasales, inhalando el aroma y deleitandose con el. Fred terminaba de prepararlos poniendo miel de abeja natural en los hotcackes, acompañados de un par de moras azules y moradas

- Eso se ve, se ve... ¿De verdad puedo comerlo? - Fred soltó una sonrisa al ver a su novio casi babeando - Adelante. Este es todo tuyo - Freddy se sentó con velocidad y comenzó a comer, siendo observado por el chico frente suya que tambien comenzó a comer, pero con mas calma

Unos minutos despues ya habían terminado. Se encontraban en la sala, en silencio, solo dandose mimos y queriendose, pero como era de esperarse, su madre y su hermana llegaron a interrumpirlos. Freddy y Fred se sentaron en el sofá como personas normales, si eso se refería a ponerse modo tieso.

- Fred! Estás en-? - Se interrumpió a si misma al ver a su hijo en el sofá con un acompañante a su lado - Hijo, no me dijiste que vendrían visitas - Tratando de verse despreocupado alzó los hombros - Un placer, mi nombre es Evelia. Soy la madre de Alfred - Sonrió amable extendiendo una mano hacia Freddy

- El gusto es mío y, soy amigo de Fred, es decir Alfred! - la fémina sonrió ante el nerviosismo - Puedes llamarle Fred si así le dices habitualmente - Freddy se puso aun mas ansioso - Mi-Mi nombre es Frederick pero, puede llamarte Freddy, Señora Evelia -

Fred seguía tieso, simplemente observando la escena y rezando para que nada saliera mal y los descubrieran, hasta que se dio cuenta de que, aunque el pelo de Freddy era largo, se podian ver parte de sus puntiagudas orejas de elfo. En un movimiento rápido le puso la capucha a Freddy de la capa que traía, implorando que su madre no haya visto las orejas de su novio

- Bueno madre, cualquier cosa estaremos en mi habitación. - Freddy volteó a ver a Fred extrañado, con un sonrojo en su cara. Fred se dió cuenta de que sonaba mejor en su cabeza - E-El, tiene dudas sobre un par de hechizos y prometí ayudarle, así que - Hizo una pequeña pausa para tomar la muñeca de Freddy - Adios madre! - Finalizó subiendo las escaleras a toda velocidad junto a su castaño sin dejar que Evelia dijera algo

Al llegar al cuarto, el pelinegro soltó la muñeca de su novio y cerró la puerta bajo llave. Freddy se quedó confuso, hasta que Fred tomó uno de los libros de hechizos y lo dejo abierto en la cama, para despues acomodarse en la misma, apresando a Freddy y recostandolo en su pecho

- Así que querías mas mimos ¿cierto? - A veces el ojos azules sentía que Fred se comportaba como un gato caprichoso - Por supuesto que si - admitió sin pena y apachurrando mas a Freddy - Las unicas veces que estamos juntos es en medio del bosque. Aquí es mas cómodo -

Freddy suspiro y se acomodó sentandose a horcajadas encima de Fred. Un acto que ambos sabian que era inocente en ese momento - Gracias por prestarme ropa, y por darte cuenta de lo expuestas que estaban mis orejas - Dijo en una sonrisa a ojos cerrados. Si no fuera por eso ya los hubieran atrapado. Estaba a punto de sentarse en frente de Fred pero ambas manos del pelinegro rodearon su cintura. Sus labios empezaron a pasear por su cuello, inhalando el aroma a frutas silvestres que emanaba Freddy, quien rodeo con sus brazos a Fred por encima de sus hombros.

Ambos se miraron fijamente y fueron acercando de a poco sus rostros. Sus labios rozaban, hambrientos y deseosos de juntarlos por completo. Sabían que era peligroso, la madre de Fred estaba ahí, pero para ese momento ya no les importaba, querían saborear los labios de su pareja

- Fred! Dice mamá que si me puedes ayudar con uno de los hechizos! Es demasiado complicado - La niña estaba al otro lado de la puerta, quejandose, al igual que Fred por interrumpirlos

- Voy en un momento - La niña respondió un "de acuerdo" seguido de escuchar pisadas por las escaleras, que al llegar a los oidos de Freddy tomó el rostro de Fred y lo besó con cuidado. Fred empezó a darle ritmo, haciendo que sus labios suelten ligeros chasquidos un par de veces hasta que se separaron. El beso estaba yendo algo lejos, y la Sra. Evelia no tenía mucha paciencia

- ¿Me puedo quedar con esta ropa? -

- ¿Por qué te la quieres quedar? -

- Es que uhm, huele a ti y eh, me recuerda a ti. Me servirá para cuando no estés conmigo - Terminó confesando Freddy, recibiendo un abrazo suave de Fred

- Claro que puedes quedartela - Le susurró al oído, observando claramente como sus puntiagudas orejas se enrojecían































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Que asco el final que tenía esto antes.
Por esa razón lo cambié todo ;-;
El día 7 y 8 (que los escribí juntos) lo subo luego. Cuando se me ocurra algo ':>
Hasta la procsimah 👺👋

● 30 DÍAS || FREDEDDY ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora