Podías observar desde grandes edificios hasta pequeños negocios que apenas estaban construyendo, personas realizando su empleo con magia: soldando metales, llenando garrafas de agua, podando árboles... Pero, un momento... ¿Qué? Todos estos... son trabajos normales, ¿por qué están haciendo cosas normales? ¿Por qué no hay fuego por todos lados, dónde están los árboles creciendo de repente? La magia de aire ni se siente. No entiendo, esto no es lo que me imaginaba.
- Oye Zara, para tí sonará extraño, pero... ¿Por qué no utilizan magia más poderosa?
Zara me voltea a ver con una expresión de duda mientras baja su velocidad para alcanzarme:
- ¿Cómo? ¿A qué te refieres? ¿Cómo que una más poderosa? Ese es el máximo provecho que pueden obtener de la magia.
- ¿No pueden usar una más fuerte? ¿Acaso no tienen maná?
Cuando le pregunto eso ella frunce el seño aún más:
- Mira, mejor ahora que nos sentemos en un parque te explico con más detalle.
Ella volvió a adelantarse algunos pasos y siguió caminando en línea recta. Sinceramente, estoy lleno de dudas y me siento decepcionado, de ninguna manera esto es lo que yo imaginaba, ¿qué diablos hice yo para tener que estar aquí? ¿Siquiera esto es real? ¿De verdad estoy vivo? Mientras sigo caminando hay familias caminando en sentido contrario a nosotros, siento un dolor punzante en mi pecho, volví a recordar a mi familia, ¡rayos! Me doy unas palmadas en los cachetes para espabilarme, solo me estoy entristeciendo, tengo que concentrarme en algo más...
Ahora que puse atención a lo que llevábamos; Zara lleva un estilo muy anticuado para mi época: un vestido color celeste que le llegaba por debajo de las rodillas, zapatos blancos, cabello castaño que le llegaba a la mitad del cuello, me recuerda a lo que usaba mi tía. Volteando a ver lo que yo traía puesto; llevaba algo más moderno: un saco color gris que me ajustaba casi a la perfección, por dentro una camisa de botones blanca que iba por dentro del pantalón, un pantalón color marrón, el cual también me quedaba casi a la medida y unos zapatos marrones, por suerte nada muy vistoso para lo que están utilizando los de esta época.
Pasábamos por restaurantes, tiendas de ropa, centros comerciales, habían iglesias repletas de gente, un tráfico intenso de autos, me emocionaba ver tantas cosas, pero a Zara no, ella sólo caminaba de manera recta sin prestar atención a los alrededores, no se paraba a ver ni una cosa, eso me molestaba un poco, ¿por qué ella no quiere ver también lo que yo? Ni una pizca de entusiasmo se le notaba, tal vez ya había venido aquí.
Luego de unos minutos de caminar sin cesar, por fin llegamos al parque, estuvimos un rato buscando asientos, no había asientos disponibles, así que nos acomodamos bajo la sombra de un árbol en el suelo de tierra, Zara soltó un gran suspiro y fue ella quien habló primero:
- Ahora sí, pregúntame lo que gustes- dice mientras cierra los ojos y voltea su cabeza al cielo.
- Te veías algo enojada en el camino, ¿pasó algo?
- ¿De qué hablas? No estoy enojada, solo no quería distraerme con otras cosas, nada más-responde ladeando la cabeza en duda.
- Pero, si parecías enojada, no te has parado ni a ver un solo detalle desde que entramos a la ciudad.
- No, ¿por qué me habría de enojar?- replica mientras frunce el seño.
- Tal vez estás incómoda por el viaje o algo así, ¿o hice algo que te molestó?
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La Ascensión de Nate
Fantasy¿En donde estoy? Si se supone que morí. Sigue la historia de Nate, un adolescente de 13 años, que, tras morir súbitamente, es vuelto a la vida gracias a la magia de este nuevo mundo, quien lo revivió, fue Zara, una joven de 15 años incapaz de utiliz...