Al menos la cena no acabó en batalla campal, pero acabó de forma amarga, pues una vez más Gustus puso como norma el tener habitaciones separadas hasta que se casaran... y dale con casarlas... entre murmullos malhumorada Clarke se puso el pijama, uno de algodón gordo, de madrugada hace mucho frío. Ya había anochecido y no es que al otro lado del charco Lexa y ella durmieran todas las noches juntas, las noches en las que ella tenía turno o Lexa estaba hasta tan tarde de fiesta con Raven y Lincoln, mientras que ella y Octavia se quedaban en casa haciendo su fiesta de pijamas. Aun así, echaba de menos poder abrazarse a su sexy italiana. "Toc, toc" sintió un pequeño espasmo en una de sus orejas como si hubiera agudizado el oído, temía que se tratara de su madre, intentando de interrumpir su vida sexual que en ese caso no había mucha actividad sexual que digamos. Clarke caminó con decisión hasta la puerta y.... oh vaya, no era Abby... curvó la comisura de los labios y cuando los entreabrió para hablar sintió un dedo índice presionándolos, el sonido que estaba viajando desde su diafragma hasta sus cuerdas vocales se perdieron en medio del camino:
— SssSss
Siseó Lexa, miró a la puerta de la habitación principal, miró a Clarke de pies a cabeza y como si se tratara de una misión sigilosa se coló a la habitación de Clarke. La rubia ya estaba pensando que iban hacer travesuras y eso le gustó, sus esperanzas de hacer marranadas se esfumaron cuando Lexa siguió sin quitarse el abrigo, al contrario, buscó las botas de Clarke y se las acercó para que sin decir ni una palabra indicarla que se las pusiera, rebuscó en el armario y sacó otro abrigo y una manta:
— ¿Para qué es esto?
Preguntó Clarke entre susurros, mientras que torpemente se ponía las botas. Lexa se llevó primero el dedo índice a los labios para que siguiera en silencio y acto seguido señaló a una pequeña rendija que había en un rincón. La famosa rendija que conectaba a la habitación de sus padres. El antiguo escuchabebes sin necesidad de pilas. Le puso el abrigo por encima de los hombros y abrió la puerta, asomó la cabeza para ver que todo estaba despejado, se volvió a meter corriendo cuando vio como la señora Griffin salía de su cuarto con las cosas de aseo en las manos y un par de toallas colgando en su brazo. Había dos baños, una con bañera grande para tener baños relajantes y otro con ducha, mayormente el baño pequeño solían usarlo más Gustus y Lexa, era muy rápidos y no tardaban nada en "acicalarse". Esperó unos segundos y volvió asomarse, con el pasillo ya despejado, agarró la mano de Clarke y haciendo el mínimo ruido la guío escaleras abajo, ya en el piso inferior podían hablar, en susurros:
— ¿A dónde vamos?
Preguntó Clarke cuando vio que se dirigían a la salida:
— Tenemos que hablar, mejor fuera para que no nos oigan
¿De qué iban a hablar? Bueno, hay que admitir que Clarke sintió un poco de pánico después de escuchar ese "tenemos que hablar" porque hay que reconocerlo, la mayoría de las veces que una pareja dice o escucha esa frase no auguraba nada bueno. Un poco a la retaguardia siguió a Lexa hasta el columpio que había en la entrada y se sentaron:
— Dime que quieres hablar de vinos y de uvas con nombres raros
Lexa no encendió la luz del porche, aun así, la luna llena que se alzaba en lo alto del cielo estaba a su favor, pudo ver que la italiana dibujó media sonrisa pícara, ese gesto hizo que Clarke se relajara un poco:
— No, después de hoy sé que ni tus padres ni los míos van a llevar una relación cordial.
— Bueno— quiso defender Clarke un poco la posición de sus padres— el bruto de tu padre llamó gay a mi padre, es normal que no sea santo de su devoción.
Lexa puso los ojos en blanco:
— Tú madre llamó bárbaro a mi padre.
— La confundió con mi padre.
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Solo por cinco días
FanficLa boda de la pequeña Griffin es en cuatro días, tiempo que tiene Clarke para convertir en la rebelde y mal hablada de Lexa Woods en la nuera que todo el mucho desearía tener. ¿Conseguirá ese reto? No autorizo adaptaciones.